Supongo que a estas alturas ya es bastante obvio, la verdad. Sí, soy una nerd. Siempre he sido una nerd. De pequeña ya hacía cosas bastante ...

SOY DEMASIADO NERD

Supongo que a estas alturas ya es bastante obvio, la verdad. Sí, soy una nerd. Siempre he sido una nerd. De pequeña ya hacía cosas bastante raras para una niña, como observar durante semanas la descomposición de un perro muerto en un terreno baldío, ver películas de horror como La mosca, alimentar a las arañas en mi jardín o leer libros ¡sin ilustraciones!

A medida que crecía, la cosa siguió... ¿empeorando? Me aficioné a la lectura de artículos científicos, dejando de lado las preocupaciones simples de las adolescentes (= ropa, novios, bailes y maquillaje). Por supuesto, esto no me volvió muy popular entre mis compañeros de clase. Como todos sabemos desde la peli La venganza de los nerds, la gente en general no siente una apreciación muy grande por las minorías estudiosas y de aspecto raro. Claro que el sentimiento era algo así como recíproco, ya que, por mi parte, yo tampoco sentía una apreciación muy grande por esa pandilla de memos intolerantes :-D No llegué a conocer a otros nerds durante los seis años de enseñanza secundaria, de modo que pasé la mayor parte de ese tiempo sola.

Tampoco conocí más nerds en la universidad, pero por una cuestión de supervivencia, al menos desarrollé las habilidades necesarias para convertirme en una nerd de incógnito. O sea, seguía siendo una nerd, pero la gente no se daba cuenta de buenas a primeras. (Tardaron un rato en notar mi tendencia a figurar arriba del todo en las listas de calificaciones de los exámenes.)

En la actualidad, por suerte, existen las redes sociales, lo cual me puso ¡al fin! en contacto con otros nerds. ¡Yipiiii! Ahora soy una nerd bastante más feliz. Sigo sin tener mucha vida social cara a cara, pero al menos puedo conversar con otros nerds en Facebook y Twitter.

A pesar de los inconvenientes, me gusta ser una nerd. Puedo ver La teoría del Big Bang y entender casi todo lo que dice Sheldon; me entretengo viendo documentales sobre cosas raras, y cada vez encuentro más fascinantes a los bichos (p. ej. arañas, serpientes, hormigas asesinas y ratas-topo); me entusiasma comprar diccionarios o aprender sobre las nuevas tecnologías; y por último, me parece divertido ir a ver películas basadas en historietas y usar camisetas con dragones o una cabeza de Terminator en llamas.

Ah, y también tengo a mi dragón, por supuesto. Donald es la mejor parte de ser una nerd :-) También aprecio al dinosaurio, por supuesto; es un bicho con muy buena onda.


Nerds del mundo, ¡no se sientan tristes! ¡Tenemos que estar orgullosos de lo que somos, con todas nuestras rarezas y excentricidades! Y a quien no le guste... ¡le pegaremos con nuestros libros o una buena dosis de ironía!

G. E.

5 comentarios:

  1. El problema no es ser nerd, sino de no ser aceptado tal cual por los demas. Los nerds tambien tienen que aprender a aceptar a los no-nerds. Una entrada graciosa. Un placer haberte conocido por la red y poder disfrutar de tu nerdismo"

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    1. Oh, yo acepto a los no-nerds. Lo malo es que a veces me aburren, porque no saben charlar de ciencias y no tienen dragones :-D Yo también me alegro de haberte conocido, majo.

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  2. Los no-nerds me aburren. Es como hablar con una pared... Perdón, la pared suele ser más interesante :O jajaja

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  3. Los no-nerds me aburren. No puedo hablar de libros con ellos, ni de adaptaciones cinematográficas mal hechas, o de hechos históricos, o de la importancia de la buena ortografía xD

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    1. Es cierto, los no-nerds no son buen material para conversar. Por eso es que los nerds tenemos que estar más unidos. ¡Así nos aburriremos menos al charlar entre nosotros! :-) Besos y gracias por los comentarios.

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