Me he pasado media vida como una triste incomprendida en cuanto a este asunto. Y no lo digo en tono de queja, ¿eh? Más bien pretendo exponer...

¡SOY VESPERTINA, DEMONIOS!

Me he pasado media vida como una triste incomprendida en cuanto a este asunto. Y no lo digo en tono de queja, ¿eh? Más bien pretendo exponer una inconveniente realidad :-P

La cuestión es que soy vespertina. Hay personas que se levantan por sí solas muy temprano, que se sienten llenas de energía durante las primeras horas del día y que a la noche como que se "apagan" hasta que al fin les da sueño. La verdad, nunca me ha pasado.

Para empezar, nací a las 3 de la tarde. Se nota que no vi ninguna necesidad de llegar al mundo a una hora más temprana (lo cual resultó muy sensato, porque de todas formas los bebés no tienen nada interesante que hacer hasta que empiezan a caminar). Durante mi niñez fui al colegio de mañana, pero había que sacarme a tirones de entre las sábanas porque me costaba mucho despertar. Sin embargo, a la noche era bastante difícil llevarme a la cama, y no tenía ningún problema en quedarme despierta hasta tarde viendo la tele.

La cosa siguió así durante mi adolescencia. Por suerte, los últimos años elegí horarios intermedios o vespertinos en la enseñanza secundaria, de modo que ya no me costaba tanto sobrellevar mi desfasado ciclo circadiano. El único problema era que las clases de gimnasia sí eran de mañana... lo cual que resolví faltando lo más posible a ellas :-P (Todas las faltas que tenía eran en gimnasia. Total, para lo que hacíamos ahí...)

Durante mis años en la facultad, un par de veces estuve a punto de dormirme en clase, cuando teníamos alguna asignatura en un horario muy temprano. Claro que el ataque de sueño me venía después, así que eran otros profesores los que me veían cabecear, no los que me habían obligado a despertarme a un ridículo horario más apto para los gorriones :-P

Sigo siendo una persona vespertina. Si tengo que levantarme temprano, de acuerdo, me levanto temprano, pero en esos casos me veré más o menos así:

Brrrbñjbleh. Ugh. Luz de día. Uf.
¿De verdad tengo que levantarme?
Ni que tuviera vacas esperando el ordeñe...

Luego la gente dice que soy perezosa, pero lo que no ven (porque se van a dormir temprano), es que a partir de las 5 de la tarde mis niveles de energía están en su punto más alto, tal que puedo hacer un montón de cosas cuando ellos ya tienen ganas de tirarse frente a la tele y desconectar el cerebro hasta la hora de irse a la cama. Yo sigo de largo, y si no tengo que levantarme temprano al día siguiente, puedo trabajar en lo que sea, feliz y contenta, hasta las 2-3 de la madrugada.

¡Yipiiii! ¡Me siento llena de energía creativaaaa!
¡Quiero hacer cosas hasta tardeeee!
Gotta sing! Gotta dance!

De verdad, ¿no hay un mundo donde los vespertinos tengamos la preferencia? ¡Me mudaría ahí de inmediato! ¡A convivir con las lechuzas y los murciélagos! ¡En un sitio donde las alarmas de los relojes no puedan programarse antes del mediodía!

Eso de que "al que madruga Dios lo ayuda"... no es para mí. Sorry. (Eh... ¿algún experto en teología que pueda asesorarme en este asunto? ¿Existen dioses nocturnos que ayuden a los vespertinos? Gracias por adelantado.)

Me voy a dormir una siestita hasta que sea una hora decente para ponerme a trabajar.

G. E.

2 comentarios:

  1. Genial tu descripción! Es cierto que el "biorritmo" varía en las personas, tal cual me sucede, en la tarde comienza la energía! Maravilloso leer lo que escribes, relajante, divertido e interesante. Te sigo en twitter y no me los pierdo. Desde Venezuela!

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    1. Mil gracias por el comentario, y me alegra que estés de acuerdo. Definitivamente cada persona tiene su biorritmo. Ojalá los madrugadores lo tomaran más en cuenta :-D Gracias por seguirme, también. ¡Saludos!

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