Estoy segura de que, a estas alturas, Papá Noel ha de encontrarme tan irritante como ese profesor de matemáticas al que yo le preguntaba, ca...
UNA NAVIDAD ¡HALLOWEENESCA!
Es que la cosa fue así: pocos minutos antes de la medianoche del 24 de diciembre, Papá Noel aterrizó en mi azotea y se topó con una tremenda fiestota... de tipo macabro-antinavideño.
—Pero m'hijita, ¿qué es esto? —me preguntó. El viejete ya sabía que cada año me gusta menos la Navidad, pero se veía más escandalizado que de costumbre. Incluso sus renos se echaron para atrás.
—¿Qué, no es obvio? —respondí—. Es una celebración para todos los que detestamos la Navidad.
—¡Pero si la Navidad es una fiesta de paz, amor familiar, generosidad y...!
—¡Ay, sí, cómo no! —lo interrumpí, empleando un tono tan sarcástico que habría servido para limpiar clavos oxidados—. ¿Paz? ¿En serio? ¿Aquí en Montevideo, donde es costumbre quemar fuegos artificiales a medianoche, vaya usté a saber por qué? —Justo en ese momento explotaron unos cuantos petardos—. Tampoco veo generosidad sino consumismo desenfrenado, y no me venga con lo del amor familiar, señor, porque muchos tenemos unos familiares horrendos a los que preferimos no ver ni en pintura.
—Pero...
—¡Y uno prácticamente está obligado a poner cara de felicidad aunque las circunstancias no colaboren! ¿Ha visto lo que le han hecho a la canción Have Yourself a Merry Little Christmas? ¡Era la única canción para reconfortar a las personas que están pasando un mal momento en Navidad, pero nooooooooo, tuvieron que convertirla en una canción feliz! ¡Y quienes estén mal, pues a la porra! ¡¿Cómo se atreven a estar mal en Navidad?! ¡Arruinan el desenfreno consumista de los demás con sus tristes realidades! ¡Pfffffff!
—No creo que sea para t...
—¡Por no hablar de que en el hemisferio sur estamos en verano! ¿Se da cuenta de lo molesto que es que a uno lo bombardeen con imágenes de nieve fresquita cuando uno no sólo está pasando calor sino que además tiene que pelear contra los malditos mosquitos y las asquerosas cucarachas?
—Tal vez pueda consolarte con un lindo reg...
—¡Ah, sí, la cuestión de los regalos! ¿Qué quieren los niños hoy en día, y qué les compran sus padres? ¡Dispositivos tecnológicos de todo tipo! ¡Da igual que eso genere basura electrónica y guerras por el coltán!
A estas alturas Papá Noel estaba al borde de las lágrimas. Podría haber comenzado a darme un poco de pena... pero no.
—La cosa es, Papá Noel, que acabo de ver la película Krampus en HBO. Es la película más maravillosamente macabra y antinavideña que he visto en mi vida, ¡y me hizo feliz! O sea, ¡encontré algo capaz de hacerme feliz en la maldita Navidad! Es por eso que mi dragón está disfrazado de Krampus, y mi unicornio de reno zombi carnívoro, y yo de galleta de jengibre psicópata homicida. Y es por eso que ahora mismo estamos haciendo esta fiesta al estilo Halloween donde cualquiera que lo desee será libre de odiar felizmente a la Navidad. Y no me diga que no es una celebración familiar, dado que mi dragón y mi unicornio SON mi familia. Y ellos están de acuerdo en detestar conmigo la podrida Navidad.
Secándose los ojos con un pañuelo, Papá Noel dijo:
—¿Podrías, al menos, retirar a ese muñeco ahorcado de mí del árbol? ¿O al elfo empalado con un bastón de caramelo?
—NO.
En fin, Papá Noel se marchó de mi azotea, todo triste y cabizbajo, a repartir sus regalos a los niños consumistas, y poco a poco llegó a mi fiesta más gente con una espléndida onda antinavideña. Y los demás vecinos del vecindario nos escucharon gritar a todo pulmón:
—¡Feliz anti-Navidad! ¡JojojoMUAJAJAJAJAJAJAJA!
G. E.
PD: Si no les gusta la Navidad, en serio, vean la película Krampus. Los va a poner de muy buen humor.
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SOBRE LA AUTORA: Gissel Escudero
Escritora, dibujante, madre de un gato, un dragón y un unicornio y fanática de las series, la música celta, las historias de horror y el chocolate. Se mudaría con gusto a un planeta donde sólo hubiera gente sensata, pero mientras tanto vive en Uruguay, lo cual es bueno porque en dicho país no ocurren huracanes, tornados ni terremotos. Ha publicado unos cuantos libros, los cuales a su vez han recibido buenas críticas (ejem, por si les apetece echarles un vistazo, ejem). ¡Hakuna matata!
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