Ya he hablado en el pasado sobre lo mucho que detesto a las cucarachas . Aquí está la segunda plaga en mi lista: ¡los mosquitos! ¡¡¡ODIO A...
¡¡MALDITOS MOSQUITOS!!
¡¡¡ODIO A LOS MALDITOS MOSQUITOS CHUPASANGRE DE PORQUERÍAAAAAA!!!
Y tengo mis razones. ¡Empezando con que pican! No importa qué tan vestida vaya por ahí, siempre encuentran un sitio donde picar, y hasta han tratado de picarme en plena cara, estando yo despierta (menudo descaro). Claro que es peor cuando me vienen a picar en los párpados cuando duermo, en cuyo caso me despertaré a la mañana con los ojos asimétricos, al estilo Quasimodo.
La otra razón es ¡¡que zumban!! Hay muy pocas cosas más irritantes que el zumbido de un mosquito en plena noche. Una trata de dormir, quizás soñar (cuando no tengo insomnio, claro), y de pronto se escucha un BZZZZ BZZZZ en la oscuridad. ¡¡¡Grrrrrr!!! ¡¡Déjenme en paz de una buena vez, estúpidos insectos hematófagos!! ¡¡Mi sangre es MÍA!! ¡¡Y CÁLLENSE, QUE QUIERO DORMIIIRRR!!!
Pero no hay caso: aunque me ponga a matar mosquitos y los deposite a la vista como advertencia, los muy podridos no se dan por enterados y siguen zumbando a mi alrededor, buscando un pedacito de piel suave donde hincar su trompa. (Una de mis partes favoritas de la presentación de Dexter es cuando mata al mosquito. Me resulta muy catártica.)
De todas maneras, los mosquitos en mi ciudad no son los peores. Al menos no transmiten enfermedades como los mosquitos africanos, y tampoco son como los mosquitos suecos. No bromeo: los mosquitos suecos son de cuidado. Quizás sea porque el frío los ha obligado a ser más resistentes, o porque chupan sangre de alces robustos, o quizás porque se han alimentado de la niña vampira de la peli Déjame entrar. Los mosquitos suecos son el doble de grandes y feroces, y suenan como si llevaran altavoces incorporados.
Por estos días hay muchos mosquitos en mi ciudad. Estoy considerando varias medidas, entre ellas: conseguir libélulas mutantes voraces para que se los coman, incorporar más ajo a mi dieta (espantaré de paso a la niña vampira de la peli Déjame entrar y a Nosferatu; a Drácula no, que me cae bien desde el Gran Hermano con monstruos) o salir corriendo a toda velocidad para que no me alcancen (quemaré calorías, de paso).
¡¡Que una sólo tiene cinco litros de sangre, carajo!!
G. E.
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SOBRE LA AUTORA: Gissel Escudero
Escritora, dibujante, madre de un gato, un dragón y un unicornio y fanática de las series, la música celta, las historias de horror y el chocolate. Se mudaría con gusto a un planeta donde sólo hubiera gente sensata, pero mientras tanto vive en Uruguay, lo cual es bueno porque en dicho país no ocurren huracanes, tornados ni terremotos. Ha publicado unos cuantos libros, los cuales a su vez han recibido buenas críticas (ejem, por si les apetece echarles un vistazo, ejem). ¡Hakuna matata!
Comparto contigo el odio hacia las cucarachas y a los mosquitos, espero que no existan los mosquitos suecos, que me da que va a ser que si ¡Que horror!
ResponderBorrar¡Un abrazo Gissel!
¡Los mosquitos suecos son de verdad! Fue lo único que no me gustó de mi viaje a Suecia. ¡Y yo que pensaba que los mosquitos tropicales serían peores! Pero no: los mosquitos suecos del bosque eran como aviones de caza que incluso me picaron hasta en el cuero cabelludo. Horrible, horrible. Unas picaduras espantosamente dolorosas. En fin, un abrazo y gracias por comentar y compartir mi mosquitofobia :-D
BorrarAhora me pica todo el cuerpo más que de pensarlo.
ResponderBorrarY eso que no escribí sobre los malditos piojos :-D
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