Si es cosa rara pasar la Navidad en Uruguay con fuegos artificiales y temperaturas veraniegas, al menos el Año Nuevo sí tiene sentido, aunq...
¡FELIZ AÑO NUEVO!
Como parece que las cosas siempre llegan tarde a Uruguay, el Año Nuevo no fue la excepción: nos llegó usado por más de medio mundo, así que ya no era tan nuevo. Pero antes me topé con el Año Viejo, quien estaba muy decrépito y a punto de fallecer (tranquilos, que no le pegué por error con ningún objeto contundente). Le ofrecí una limonada para que tomara su muerte con más ecuanimidad. (Este año mis limoneros dieron mucha fruta. Tengo suficiente jugo de limón en el refri para calmar la sed de todo un regimiento.)
Pensándolo bien, las condiciones laborales de los años deben de ser un poco insalubres, dado que su expectativa de vida no supera el año. ¿Tendrán que sindicalizarse? ¿O les bastará con añadir más antioxidantes y ácidos grasos omega 3 a su dieta? Sería bueno que los años duraran un poco más, así me conservaría joven y bella por más tiempo :-P
En fin, apenas se despidió el Año Viejo, también pasó por mi casa el Año Nuevo que venía a toda marcha.
Vaya, qué carácter. ¿Estas nuevas generaciones vienen cada vez peor o es que yo me estoy haciendo vieja?
Como sea, ¡les deseo a todos un muy feliz Año Nuevo! :-)
G. E.
PD: A ver si mi pobre gato sale por fin de debajo de la cama. No le he visto ni los bigotes desde la pasada Nochebuena.
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SOBRE LA AUTORA: Gissel Escudero
Escritora, dibujante, madre de un gato, un dragón y un unicornio y fanática de las series, la música celta, las historias de horror y el chocolate. Se mudaría con gusto a un planeta donde sólo hubiera gente sensata, pero mientras tanto vive en Uruguay, lo cual es bueno porque en dicho país no ocurren huracanes, tornados ni terremotos. Ha publicado unos cuantos libros, los cuales a su vez han recibido buenas críticas (ejem, por si les apetece echarles un vistazo, ejem). ¡Hakuna matata!
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