En realidad no me gusta mucho hablar de estos temas en el blog porque termino sonando como una moralista recalcitrante, pero últimamente me ...

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN COMO EXCUSA... ¡PARA LA MALDAD!

En realidad no me gusta mucho hablar de estos temas en el blog porque termino sonando como una moralista recalcitrante, pero últimamente me he topado tantas veces con diferentes versiones del mismo problema que ya me siento obligada a decir ALGO a fin de no explotar.

La cuestión es ésta: ESTOY HARTA DE QUE SE BASTARDEE ALGO TAN SAGRADO COMO LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Me refiero a la gente que abusa de la libertad de expresión para causar daño, y a la gente que perdona/justifica tal cosa pensando que sí, que eso está amparado por el derecho a la libertad de expresión.

No, NO hablo de censurar. Pero sí, la libertad de expresión tiene LÍMITES como cualquier otro derecho; o sea, termina donde empieza el derecho del otro (a la privacidad, la dignidad, el bienestar emocional y etcétera).

Para dejarlo todavía más claro: la libertad de expresión no le da al derecho a uno de usar las palabras como un arma en contra de personas inocentes.


¿Conocen el dicho ese de "piedras y palos romperán mis huesos, pero las palabras no tienen efecto"? NO ES VERDAD. De esto pueden dar fe muchas personas: las víctimas de bullying, las víctimas de violencia psicológica doméstica, incluso las víctimas del racismo y el Holocausto. Las palabras pueden herir la mente o incitar a conductas que terminan causando daño físico y muerte.

En Uruguay, un grupo de animalistas pintarrajeó edificios públicos con su mensaje. Lo siento, animalistas, pero dicha causa NO les da el derecho de arruinar propiedad pública ni privada. Tienen el derecho de expresarse, PERO NO AHÍ.

Hace unos meses, alguien me acusó de censuradora por denunciar en Twitter una cuenta homofóbica virulenta. Los términos de uso de Twitter (que a nivel legal funcionan como un contrato, si no me equivoco) especifican que NO se puede usar el servicio para esparcir mensajes homofóbicos, racistas ni etcétera. O sea, la persona cuya cuenta denuncié NO tenía el derecho de usar Twitter para atacar a los homosexuales, aún estando protegida por la libertad de expresión dentro de su propio país (fuera cual fuese).

Quienes mandan propaganda no deseada por correo electrónico a menudo también intentan ampararse en la libertad de expresión, a pesar de que en muchos países esta actividad ya se ha decretado como ilegal.

Una editorial publicó un libro para niños con chistes machistas/misóginos. Hubo tantas protestas que el libro fue sacado de circulación, pero incluso aunque hubiera estado dirigido a adultos, ALGUIEN en la editorial debería haber frenado el proyecto. Y no habría sido censura. Un autor puede ser todo lo misógino que quiera y escribir libros así, y no violaría su libertad de expresión que las editoriales se negaran a publicarlo por una simple cuestión de sensatez.

En España, el autobús de Hazte Oír anduvo circulando por ahí con mensajes degradantes para los transexuales. Eso no es libertad de expresión, es una forma de acoso público. Lo correcto era pararlos. Tengamos en cuenta que la tasa de suicidio de los transexuales es altísima, y en buena parte se debe al abuso psicológico que sufren.

El derecho a la libertad de expresión tiene límites legales en muchos países. No está permitido incitar al odio, hacer apología del delito ni difamar, por ejemplo (la legislación es variable). Tampoco lo permiten los términos de uso de las redes sociales más conocidas (su casa, sus reglas, lo cual es válido incluso habiendo libertad de expresión)

Pongámoslo así: uno tiene el derecho a ser imbécil, odiar a quien le dé la gana y decirlo al aire libre SIN QUE LO LLEVEN PRESO POR ELLO. Eso sí está cubierto por la libertad de expresión. Pero en el momento en que uno incite al odio a gritos en una plaza pública, diga falsedades de alguien más o vocifere obscenidades en un parque repleto de niños... está bien que venga alguna autoridad a detenerlo. Y no sería censura ni dictadura.

Hay otro dicho con el que sí concuerdo: "el mal progresa cuando el bien no hace nada". Sí, sé que hay una línea delgada entre poner límites y censurar, ¡pero para eso está el sentido común! En serio, que Hitler no empezó el Holocausto matando gente de buenas a primeras, empezó con DISCURSOS. O sea, con palabras.

Tenemos que perder el miedo de frenar a las personas que usan sus palabras para dañar a otros. No es un ataque a la libertad de expresión, es una DEFENSA de los derechos ajenos. Por algo tenemos también leyes de tránsito, de salubridad y etc. Hay limitaciones que no están ahí para fastidiar, sino para salvar vidas.

Y en cuanto a mí, si alguien viene a mi casa y se pone a vomitar frases machistas, homofóbicas o lo que sea... yo tomaré mi palo de amasar y dicha persona verá su libertad de expresión rápidamente de patitas en la calle. Con chichones y todo :-)

G. E.

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6 comentarios:

  1. Una cosa es libertad y otra libertinaje, un buen ejemplo del acoso y de incitación a delinquir, la podemos ver en los discursos que a diario hace el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, ni hablar de su antecesor Hugo Chávez

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    1. Muy cierto, yo a Chávez nunca lo soporté por todas esas arengas incitando al odio. Y ni hablemos ya del psicópata de Maduro (aunque supongo que a las vacas no les importó, dado que no entienden el español). ¡Un abrazo!

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  2. ¡¡Hola!! La verdad es que te doy bastante la razón, porque creo que la gente se está pasando mil pueblos, y utiliza la libertad de expresión como excusa para difundir por ahí su odio.
    Yo misma he sido víctima de Bullying, y creo que a día de hoy nadie se atrevería a decir que quienes cantaban en un aeropuerto lo asquerosa que soy, o decían a todo aquel que se acercaba a mí lo malísima que era, estaban ejerciendo su libertad de expresión. Por eso me fastidia lo de "Hazte Oír". Porque es hacer lo mismo, pero con un autobús, pudiendo afectar a un montón de gente que no tiene la culpa de ser como es. Lo mismo con los homófobos y demás. En fin, es mejor ignorar a esos que tanto defienden la "libertad" de decir idioteces desde el anonimato, pero que poco les importa la libertad de ir por la vida sin que nadie venga a molestarte.

    Por cierto, te he nominado a un Tag en mi blog, por si te apetece pasarte. ¡Un literatobeso! https://literatomania.blogspot.com.es/2017/07/booktag-under-200.html

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    1. Pues por esas cosas que cuentas es que considero necesario hablar del tema. ¡La libertad de expresión NO significa decir lo que a uno le dé la gana, donde le dé la gana y cuando le dé la gana! Paradójicamente, la gente que expresa su odio escudándose en la libertad de expresión no duda en exigir que se reprima a quienes los critican a ellos. Cuánto descaro. Lamento que hayas tenido que aguantar bullying (a mí también me pasó, fue horrible). Gracias por comentar aquí, ¡y definitivamente me apuntaré al book tag! Besos :-)

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  3. Hola Gissel, estoy de acuerdo contigo y creo que el centro del asunto es lo que mencionas, "la sensatez" vamos a ver que alguien se le vayan "las cabras al monte (como se dice por aquí a perder la cordura) es una cosa, pero que los demás le sigan como corderitos, eso ya es algo preocupante, esto en el caso que mencionas del libro para niños con tintes machistas. Estamos en un mundo donde el único derecho que cuenta es el mío, sin pararme a ver cómo es que mis acciones afectan a los demás. Yo personalmente, en mi canal de YouTube, cuando me llega un comentario con insultos que no viene a cuento absolutamente para nada lo elimino, él esta en su libertad de insultar, yo estoy en mi libertad de no permitirlo. Saludos!

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    1. Pues lo bien que haces en eliminar los comentarios venenosos. La persona tendrá el derecho de expresarse, pero NO tiene por qué hacerlo en tu espacio. Tampoco se lo permitirías en tu casa, ¿verdad? Sigamos tratando de aportar un poquito de sentido común al mundo, porque es obvio que escasea. ¡Saludos!

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