Sí, lo sé, es un título un poco largo. Da igual, lo importante es que se entienda y que llame la atención :-P (Por cierto, éste es un artícu...

NUEVE CREENCIAS FALSAS QUE HACEN DEL MUNDO UN LUGAR PEOR PARA VIVIR

Sí, lo sé, es un título un poco largo. Da igual, lo importante es que se entienda y que llame la atención :-P (Por cierto, éste es un artículo reflexivo, filosófico, poco humorístico y muy extenso; si buscan algo divertido, corto y ligero, salten a otra entrada, no me enfadaré.)

¡¡Buaaaa, no quiero ser un lugar peor para viviiiir!!

A veces me pongo a reflexionar sobre la vida en general, y en algún momento se me ocurrió la idea para este artículo. Son conclusiones que he obtenido a partir de observaciones propias, o sea que, si ustedes están de acuerdo o no, o si tienen algo para añadir, siéntanse libres de mencionarlo en los comentarios (sí, está activada la moderación, pero sólo la uso para que no me cuelen propaganda no deseada).

En fin, aquí van las creencias falsas que, según mi humilde entender, hacen que el mundo nos dé tanto asco como para desear a menudo que nos caiga un meteorito gigante y acabe con todo de una maldita vez (frase que habría quedado todavía mejor para el título de no ser porque es más larga que la que puse).

YO SOY MEJOR QUE TÚ

Creo que ésta es la peor. Me refiero a personas o grupos de personas que se creen mejores que los demás hasta el punto en que terminan pisoteando derechos ajenos con tal de mantenerse en su pedestal de superioridad. Gente que asesina a otros sólo por creer en algo distinto, o gente que se apropia de algo que no le corresponde por pensar que tiene más derecho que los demás a disfrutar del bien en cuestión.

Y en esto incluyo el desprecio al reino animal. No es que yo sea una fanática de los derechos animales (darles derechos civiles es simplemente impracticable; lo máximo que podemos legislar es la conducta humana), pero vamos, el ser humano simplemente NO es la especie superior del planeta. ¿Tenemos el cerebro más desarrollado? Sin duda. No obstante, hay animales que nos superan en muchísimas otras cosas, y por lo tanto creo que deberíamos considerar que ellos tienen el mismo derecho a existir que nosotros (OK, salvo por los malditos mosquitos que se meten en el dormitorio de uno y zumban y pican toda la maldita noche).

Creo que la sociedad funcionaría mucho mejor si esta clase de personas que se consideran superiores cerraran la boca, abrieran los ojos y aceptaran las virtudes y derechos ajenos (incluso de personas que parecen "inferiores" a primera vista). Y esto es un recordatorio para mí misma, de paso; aunque me considero una persona bastante decente y con determinados talentos, no debo sentirme superior porque hay por ahí otros seres humanos más bondadosos, generosos y/o que me superan en intelecto/habilidades. Como Jared Leto (Jared Leto es simplemente fenomenal; y si no saben por qué, búsquenlo en Google ya mismito).

SOMOS TODOS IGUALES

Eh... sí, esta creencia es opuesta a la anterior. Pero bueno, es que no todos tienen las mismas creencias falsas :-D

Diría que esta creencia es un problema de interpretación. O sea, las personas NO somos iguales... y está BIEN que así sea. Eso da variedad. Lo que sí deberíamos lograr es la igualdad de derechos y oportunidades, lo cual es un tema aparte.

¿Por qué pienso que creer que todos somos iguales es un problema? Porque no se puede demandar lo mismo de personas distintas, y tampoco está bien aplastar a las personas que se esfuerzan más que otras o que tienen alguna habilidad extraordinaria. Ni siquiera las hormigas están en un grado total de homogeneidad.

O sea, hay que respetar y valorar la individualidad, porque la suma de todas esas individualidades es lo que hace funcionar a una sociedad. Así hay ingenieros que diseñan cosas para quienes detestamos las matemáticas, médicos para sanar a los que no soportan ver sangre, artistas para deleitar a quienes no saben dibujar, granjeros para poner comida en nuestras mesas y obreros que construyen casas. Las personas con discapacidades físicas nos enseñan la importancia de hacer frente a las limitaciones, las personas con otras orientaciones sexuales nos hacen ver que el amor no es una cuestión puramente cromosómica, y quienes tienen otros puntos de vista (fundamentados, claro) nos demuestran que la realidad no viene en términos de blanco/negro o correcto/incorrecto.

La imposición de una igualdad artificial es lo que hizo fracasar a los países comunistas, puestos en ello. Si una persona está destinada a sobresalir/destacar en la forma que sea (hablando de cosas buenas), lo mejor que podemos hacer es animarla a que continúe y luego darle las gracias por su aporte especial a la sociedad. En forma de un premio Nóbel, por ejemplo.

Y, francamente, no considero que una persona que roba o mata, pudiendo evitarlo, sea igual a una persona que eligió hacer el bien. Bastante daño ha hecho en mi país ese criterio (basta con mirar nuestras crecientes tasas de criminalidad). Mal vamos cuando las personas honradas terminan sintiéndose estúpidas por ser honradas, al ver que los gobernantes no diferencian entre honestos y delincuentes.

PLACER/POSESIONES = FELICIDAD

No estoy diciendo que la felicidad se encuentre en la pobreza. En general, ser pobre es un asco. Es importante cubrir las necesidades básicas, y hay placeres y posesiones que pueden hacerlo muy feliz a uno, como comer chocolate o comprarse algo bonito. En lo personal, la música me pone en un estado de éxtasis eufórico.

Lo que quiero decir es que, más allá de lo anterior, y por lo que he visto hasta ahora, la verdadera felicidad no reside en placeres momentáneos, mucho menos en las posesiones. O, como diría Art Buchwald, "las mejores cosas de la vida no son cosas" (de acuerdo, no sé quién carajo es Art Buchwald, pero pillé la cita por ahí y la copié porque me pareció muy acertada). Diría que la verdadera felicidad está en tener un lugar en el mundo, en hacer algo que a uno le guste más allá de que no siempre sea placentero (el ballet, por ejemplo, implica altas cuotas de dolor), y en tener un número de personas que lo amen a uno y a las que uno también ame. Nada más y nada menos, aunque sí resulta difícil conseguir todo eso. Será por tal motivo que tantas personas se dedican más bien a la búsqueda incesante de placeres o posesiones... pero luego llegan a un punto en que se dan cuenta de que no son nada felices.

En mi caso, me he dado cuenta de que soy tan feliz escribiendo que no necesito llenar ningún hueco emocional con comida/drogas/objetos. Me despierto los fines de semana con ganas de sentarme a trabajar en la novela del momento, y cuando me entero de que alguien ha pasado un buen rato leyendo alguna de mis historias, soy doblemente feliz. Y seguiría escribiendo aunque por alguna casualidad cósmica me volviera obscenamente rica (OK, sí aprovecharía el dinero para hacer un estupendo viaje por Europa... pero a la vuelta me sentaría a escribir una vez más, aprovechando las observaciones de mi viaje).

LA CULPA DE TODO LA TIENE [INSERTAR CULPABLE UNIVERSAL]

Culpables universales más comunes: el capitalismo/neoliberalismo, el dinero, la religión, los homosexuales, los videojuegos violentos, la televisión, los Estados Unidos, los judíos/musulmanes, "la sociedad".

¿Saben qué? ME TIENEN HASTA EL GORRO LOS CULPABLES UNIVERSALES. ¿Por qué? ¡¡Porque en realidad no existen los culpables universales!! Y puestos en ello, los culpables universales que puse arriba en general no tienen la culpa de la mayoría de las cosas que les achacan. En serio. El capitalismo y el dinero no causan problemas. Las personas codiciosas causan problemas. Las religiones en general tampoco causan problemas, salvo aquellas que pasan por encima de los derechos humanos. El problema con la religión suelen ser las personas que la usan como excusa para sentirse superiores a otros grupos humanos (volvemos a la primera creencia falsa de mi lista). Los homosexuales definitivamente no tienen la culpa de la desintegración de la familia (ésa es una chorrada más grande que Júpiter), los videojuegos violentos no hacen más violentas a las personas (los antiguos romanos no los tenían, y menudas masacres hacían en el Coliseo), la televisión es un simple medio de comunicación (bueno o malo según cómo se use), los Estados Unidos tienen unas políticas exteriores desastrosas pero no se los puede culpar de cualquier conflicto armado a nivel mundial, y lo de "la culpa de todo la tiene la sociedad" es una bonita forma de diluir la culpa entre muchos en vez de encarar los errores individuales correspondientes (por ejemplo, de políticos ineptos).

O sea, los culpables universales son chivos expiatorios que impiden identificar los verdaderos problemas, y por lo tanto retrasan las soluciones. O peor: los usan los dictadores para convencer a los ciudadanos de que los problemas vienen del exterior, y así mantener el apoyo popular sin importar las barbaridades que cometan.

Encima, cuando se señala un culpable universal también da la impresión de que el problema es mucho más grande de lo que realmente es, lo cual desanima horrores y conduce a la indiferencia. Sin embargo, en realidad los problemas grandes suelen estar compuestos por un conjunto de problemas menores y bastante más manejables. Volveré a eso en un rato.

TODO SE RESOLVERÍA DISTRIBUYENDO LA RIQUEZA

Lo siento, pero no. Distribuir la riqueza maquilla las desigualdades pero no las resuelve. Es más: incluso puede agravarlas. Concuerdo en que no está bien que haya personas espantosamente pobres y otras desproporcionadamente ricas, pero si ahora mismo tomáramos todas las riquezas del mundo y las distribuyéramos a partes iguales entre toda la población mundial... en un lapso de pocos años volvería a estar mal distribuida. Por lo que he visto hasta ahora, los factores igualadores son: 1) una legislación que garantice la igualdad de derechos y oportunidades y 2) un buen sistema de educación pública que alcance sobre todo a las personas de menores recursos. ¿Saben por qué Haití es un país tan pobre? No hay educación pública y la mayoría de la gente no puede acceder a la educación privada. Qatar es una nación ridículamente rica... pero nadie menciona la cantidad de mano de obra esclava inmigrante que emplean en la construcción, en condiciones infrahumanas. Y en cuanto a Latinoamérica, el reparto de dinero entre los pobres es puramente populista, porque, al no mejorar la educación, las personas de bajos recursos nunca consiguen superarse y están a merced de las asistencias gubernamentales. Cuando éstas desaparecen, la pobreza vuelve peor que antes.

Echen un vistazo a las estadísticas. Los países donde la calidad de vida es mejor y más homogénea son los que tienen democracias sólidas, respeto por los derechos humanos y un buen sistema de educación pública (y sí, pagan un montón de impuestos, pero los ciudadanos no se quejan porque ven una devolución en servicios estatales, lo cual es la auténtica finalidad de los impuestos). No hace falta repartir dinero cuando cada persona tiene la capacidad para ganarlo y retenerlo.

Tengan esto en cuenta a la hora de votar: no confíen en políticos que prometan sacarle al rico para darle al pobre, onda Robin Hood. Voten a quienes tengan buenos planes para la educación y que crean en una legislación justa para todos los ciudadanos.

HAY ESPACIO PARA TODOS EN EL MUNDO

De nuevo, no es verdad. Hasta donde sabemos, el planeta no está creciendo, a diferencia de la población mundial. Estamos extinguiendo especies al ocupar su territorio y contaminando espacios naturales con nuestras actividades. Encima, vivir en ciudades congestionadas es malo para la salud.

No se preocupen, no estoy insinuando que haya que matar gente o controlar la natalidad a lo bestia como hicieron los chinos (aunque sí sería estupendo que la gente perversa desapareciera mágicamente del planeta; mi opción favorita: que se convirtieran en estatuas de chocolate). Pero muchos problemas mejorarían si disminuyéramos gradualmente la población mundial, lo cual puede lograrse con algo tan simple como... educación. Está comprobado: a mayor nivel educativo, menos hijos por pareja, y encima cada persona puede producir más y trabajar por más tiempo (esto último lo digo para quienes salen con el argumento de que una población envejecida termina por colapsar el sistema de jubilaciones; se puede evitar).

Por no hablar de que hace falta mantener la biodiversidad del planeta. No sólo por nosotros mismos, sino por lo que dije arriba sobre el derecho de las demás especies a existir. O sea, menos humanos y más tigres.

LEER FICCIÓN ES UNA PÉRDIDA DE TIEMPO

Ésta es una de las creencias falsas más absurdas que circulan por ahí, tanto así que Mario Vargas Llosa se mandó un discurso larguísimo para explicar lo horrendo que sería un mundo sin novelas.

Leer ficción es cualquier cosa EXCEPTO una pérdida de tiempo, aunque estemos leyendo un libro con dragones, enanos y castillos medievales embrujados. Leer ficción estimula la imaginación, crea conexiones neuronales, fomenta la empatía (no cualquier libro, pero sí muchos), disminuye la tensión arterial (esto está comprobado por estudios científicos), mejora las habilidades intelectuales, ayuda a comprender el mundo, retrasa la aparición de enfermedades nerviosas degenerativas y entretiene que da gusto.

A la próxima persona que diga que leer ficción es una pérdida de tiempo, le pegaré en la cabeza con un libro bien grueso (ya sea de King, Martin o Follett). Y luego trataré de convencerla de que lo lea (es decir, cuando recupere la conciencia). Ah, y también apoyaré a cualquier político que insista en crear o fortalecer un buen sistema de bibliotecas públicas.

NO EXISTEN LOS UNICORNIOS/DRAGONES/ELFOS

OK, no estoy diciendo que empecemos a creer en cosas que jamás hemos visto, porque para eso ya tenemos la religión. Más bien me refiero a... cerrarle la puerta en la cara a la imaginación, al juego, a los disparates. Hablo de personas que se consideran demasiado "adultas" o "serias" como para suspender la incredulidad y disfrutar de una película de superhéroes, mantener la mente abierta en caso de toparse con un fenómeno paranormal, o aceptar que yo tengo un dragón llamado Donald que se dedica al control de aves en el aeropuerto. Por algo aprecio tanto a mis amigos de Facebook. Todos aceptan que tengo un dragón, y nos divertimos de lo lindo hablando de él (pero no decimos cosas malas a sus espaldas porque se ofende, y encima es de mala educación).

La vida es muy complicada y difícil, vale la pena tener la capacidad para evadirse de vez en cuando. La evasión hace soportables muchas cosas que, de otra manera, nos llevarían a pegarnos un tiro (o pegárselo a alguien).

MIS ACCIONES NO HACEN NINGUNA DIFERENCIA

A veces yo me siento así. Pienso que da igual que separe mi basura porque no veo que nadie más lo esté haciendo, o que la honradez no vale la pena en un mundo deshonesto, o que las pequeñas donaciones a causas benéficas no ayudan mucho. Por otro lado, hay gente que hace pequeñas cosas malas todos los días creyendo, de igual manera, que no tendrán importancia en el gran esquema del universo.

Y, sin embargo, los mayores cambios positivos de la humanidad se han logrado por medio de pequeñas buenas acciones acumuladas, y así es como se resuelven esos grandes problemas que en un principio parecían inmanejables. Del mismo modo, un gran número de pequeñas maldades puede hacer que la vida se vuelva mucho más triste o insoportable.

Yo creo que todo cuenta. Tal vez no importaría si una persona cada cien mil tirara basura en la vía pública (aunque sería una horrenda falta de educación ensuciar un lugar perfectamente limpio). El problema es que mucha más gente piensa lo mismo, y entonces las calles se llenan de basura y todos nos amargamos por vivir en una ciudad mugrienta.

Por otro lado, quizás no sea la gran cosa sostenerle la puerta o dejarle el asiento en el autobús a un anciano, pero el anciano probablemente se sentirá mejor por un rato gracias a nuestra amabilidad. Encima, quizás estemos dando el ejemplo a alguien para que actúe de igual manera.

O sea, no hay que perder la oportunidad de hacer una pequeña buena acción, y tampoco hay que creer que una pequeña mala acción no importa. Aunque no haya un efecto acumulativo en ninguno de los dos casos, SÍ vale la pena contribuir con nuestro granito de arena a mejorar el mundo. Le hará bien a alguien, y esa diminuta diferencia podría ser algo enorme después de todo, como una vela que basta para iluminar toda una habitación. Imagínense si le hicieran ver a una persona deprimida, y al borde del suicidio, que sí hay algo de esperanza.

Y ahora me voy a cuidar de mi jardín. Porque quizás no sea una acción heroica, pero así se criarán mariposas en mis plantas, y las mariposas son buenas para el espíritu humano y el ecosistema :-) (Será mi granito de arena para hoy, además de continuar siendo honrada y pagar mis impuestos. Mientras tanto, es lindo saber que hay otra gente por ahí haciendo cosas aún mejores, como Jared Leto, quien se preocupa por salvar a los rinocerontes. Sí, a Jared Leto le importan los rinocerontes. ¡¿No dije acaso que es fenomenal?!)

Jared Leto protegiendo a un joven rinoceronte mientras toca su guitarra. Si tuviera superpoderes, seguro que arreglaría los líos en Oriente Medio, porque es así de fabuloso. Tal vez deberíamos clonarlo o algo parecido.

G. E.

4 comentarios:

  1. Una entrada simplemente maravillosa.
    Recuerdos a Donald.
    Un gran beso para ti, pequeña e insignificante heroína del cosmos.
    ;)

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, majete. Tú también eres mi héroe. Por cierto, además de mandarle cariños a Donald, ahora también tendrás que mandarle cariños a mi unicornio Cuernito :-) ¡Besos!

      Borrar
  2. Completamente de acuerdo en todos tus argumentos, sigo buscando la razón ecológica de los mosquitos. Y en cuanto a los culpables universales, ellos simplemente son el resultado de lo que somos como humanidad

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Gracias! Y avísame cuando encuentres la razón ecológica de los mosquitos. En serio, menudo incordio :-D

      Borrar

Ir arriba