¿Dónde me quedé en el artículo anterior ? Ah, sí, estaba hablando de la comida y el clima. Ahora falta decir qué hay para ver y hacer en Pit...
UN PASEÍTO POR PITEÅ, SUECIA (2)
Ah, se me olvidaba, en Suecia es costumbre quitarse los zapatos al entrar a cualquier casa. Es muy higiénico. En Uruguay no se hace, pero al menos en mi casa yo me quito los zapatos y me pongo unas pantuflas, así que no me supuso ningún inconveniente adaptarme a tal exigencia (donde fueres, haz lo que vieres).
Bien, la parte trasera de esa casa de verano daba a un lago muy bonito:
Se podía nadar ahí como si fuera una playa. La casa estaba ubicada en medio de una zona boscosa, y todas las casas tenían una separación bastante grande entre sí, de modo que en ningún momento hubo visitas de los vecinos (me dio la impresión de que los suecos son muy sociables, pero sólo con la familia; pero claro, no puedo sacar conclusiones sin un análisis estadístico, así que me limitaré a contar lo que yo viví). Pasé ratos muy buenos en las caminatas por la carretera, y todo estaba lleno de flores, pájaros, unas mariposas azules diminutas, alguna serpiente y una ardilla a la que cada tanto veía saltar de árbol en árbol cerca de la casa donde yo estaba (bueno, quizás no era la misma, ya que todas las ardillas se parecen bastante). La mayoría de las flores silvestres eran como éstas:
De todas maneras, se ve que los suecos se hartan tanto de la nieve en el invierno que apenas viene el calor tratan de llenar de flores cualquier rincón disponible. Había flores por todos lados, incluso en la ciudad; las plantan de cero todos los años. (Esto me pareció hermosamente primermundista. En Uruguay no se podría hacer porque la gente tiene la mala costumbre de robar plantas, incluso en propiedades privadas. A una de mis vecinas le robaron los pensamientos que había plantado la tarde anterior, con tierra y todo. Y ni les cuento todas las cosas que han robado de mi propio jardín.)
Hicimos excursiones a varios lugares de los alrededores. Aquí van más fotos...
Sí, es un cementerio. Le saqué una foto porque me llamó la atención lo bien cuidado que estaba todo. Hasta había palas y regaderas disponibles para que la gente atendiera las plantitas en las tumbas.
La mayor parte de las iglesias que vi eran en este estilo: muy pintorescas, de madera. (La mayor parte de las casas también son de madera. Es que en Suecia tienen árboles de sobra, como dije antes.)
Este arroyo se encuentra junto a un museo al aire libre con cabañas antiguas llenas de muebles también antiguos. Después de estar ahí e imaginar cómo vivían las personas, aprecié mucho más las comodidades de la vida moderna :-D
Estos músicos estaban tocando en ese museo al aire libre. Y el bebé en el cochecito siguió durmiendo felizmente durante todo el concierto :-D
La foto de arriba es de un parque que visitamos. Era muy bonito, ¡y hasta había unas ranitas no más grandes que la uña de un pulgar!
Un día hicimos un largo paseo hasta Noruega. El paisaje se volvió más montañoso hasta convertirse en lo que ven arriba. Era una vista impresionante. Vimos renos salvajes por la carretera, además. Hubiera querido ver alces, también, pero al parecer andaban en otros quehaceres :-P Otro dato: en Suecia el tráfico es ordenadísimo... pero como los animales salvajes no saben nada sobre las leyes de tránsito, cada tanto hay algún choque contra renos y alces en las carreteras. Malo para los animales... y malo para los ocupantes del auto. Un alce es más o menos tan grande como un caballo de carreras.
Al parecer, estas casitas con pasto en el techo son comunes en esa parte de Noruega. Si agrandan la segunda, verán que en el techo hay, además, un pedazo de madera pintado que parece una cigüeña creada por Tim Burton. Me hizo mucha gracia :-D
Y para terminar con las fotos, éste es un reno bebé que andaba con su madre por un camino de tierra. ¿No es bonito? (un poco desgarbado, eso sí). Por cierto, los renos no me parecieron animales particularmente inteligentes sino algo atolondrados, como las ovejas. Quizás los de Papá Noel sean la excepción.
¿Qué me falta por contar? A ver, yo no sabía sueco cuando hice este viaje, pero no fue ningún problema porque hasta los niños hablaban inglés. De hecho, los programas de televisión están subtitulados para que la gente los vea en su idioma original (así se aprende inglés muy fácilmente). El sueco no es un idioma muy difícil, sin embargo, sobre todo si uno ya tiene conocimientos de inglés. La gramática y muchas palabras son similares.
La gente en general me pareció muy sencilla, educada y respetuosa. Al menos la mitad tenían el pelo rubio, pero había personas de cabello castaño y también vi muchos extranjeros, incluso de países musulmanes (Suecia acepta refugiados). Me pregunto qué harán si alguna vez se pierde una niñita en un lugar público, porque ahí sí me dio la impresión de que todas eran rubias y que todas vestían de rosa. Y ya que estoy con lo del pelo rubio, me pregunto si Suecia es el único lugar del mundo donde las rubias se tiñen de negro (aunque no sé si las chicas góticas cuentan).
Y hay reglas. Reglas por todos lados, para mantener el orden. Me pareció... liberador. Incluso en los conciertos, donde cada tanto se veía gente bastante borracha, no presencié ningún incidente digno de mención. Como máximo, un hombre se puso a bailar encima de una mesa, pero enseguida le ordenaron que se bajara. (Contrasta mucho con la realidad de Uruguay, donde cada vez que hay más de tres borrachos juntos, jóvenes o adultos, se arma una riña callejera.) Los suecos pagan impuestos altísimos, pero se nota la devolución en servicios.
Lo único que no me gustó de Suecia, y esto ya lo había mencionado aquí... ¡fueron los malditos mosquitos!
En fin, si piensan que los suecos son unos aburridos porque nunca oímos hablar de ellos... es porque están demasiado ocupados viviendo bien :-P Como debería ser en el resto del mundo, puestos en ello...
G. E.
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SOBRE LA AUTORA: Gissel Escudero
Escritora, dibujante, madre de un gato, un dragón y un unicornio y fanática de las series, la música celta, las historias de horror y el chocolate. Se mudaría con gusto a un planeta donde sólo hubiera gente sensata, pero mientras tanto vive en Uruguay, lo cual es bueno porque en dicho país no ocurren huracanes, tornados ni terremotos. Ha publicado unos cuantos libros, los cuales a su vez han recibido buenas críticas (ejem, por si les apetece echarles un vistazo, ejem). ¡Hakuna matata!
Aquí estoy de vuelta para darte el coñazo nuevamente. Son unos paisajes bellísimos y seguro que me habría encantado estar a tu lado paseando por el bosque y observando la flora y fauna del lugar. Sobre la comida; nunca he probado reno ni alce...¿como saben? El mini reno es adorable y las casas con el pasto en el tejado llaman muchísimo la atención. Qué bien viven! Un abrazo Gissel!!!!!
ResponderBorrar¡Hola de nuevo! :-D (Hombre, no seas así, que no das la lata para nada.) Pues si alguna vez tenemos la oportunidad, me encantaría tenerte como compañero de viaje. Y te invitaré a comer jamón de reno y albóndigas de alce, para que sepas a qué saben (de postre, fresas silvestres). Los escandinavos viven bien, sin duda, a pesar del frío en invierno. ¡Más besos!
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