En fin, los preparativos para la fiesta fueron grandiosos. Decoramos el castillo con globos, bichos fosforescentes y telarañas de colores, contratamos una banda de música compuesta exclusivamente por pulpos mutantes gigantes (tocaban muy bien la gaita, por cierto) y llenamos las mesas con todo tipo de alimentos y bebidas.
¿Recuerdan a los demás participantes del concurso? ¡Pues todos aparecieron para celebrar el triunfo de Drácula! Bueno, todos menos Matilda la zombi, quien ya no existe, y 0010110. Este último no se recuperó del todo de la decapitación accidental, de modo que por ahora está trabajando como calculadora en un colegio. Pobrecito, deséenle suerte. No es fácil lidiar con las nuevas generaciones de críos.
Como sea, Bernarda y Bublob trajeron una sorpresa: ¡su camada recién nacida de bebés babosos! Eran un poco raros, algo así como una cruza entre un caracol y un puñado de algas. Tal vez puedan hacerse amigos de los hijitos de Shrek, aunque por el momento se entendieron bastante bien con los cocodrilos del foso del castillo.
Atatrix regresó de Marte, y de paso trajo los elementos necesarios para llevarse a Rodolfo de vacaciones (o más bien como exterminador de plagas, por el resultado del combate contra la bestia marciana). Aracne apareció cargando prendas de punto para todos, Medusa llegó con su hijo Pegaso, Frankie Jr. y Martín el gólem vinieron con el doctor Roderic Frankenheimer, Rodolfo viajó desde Transilvania, y el monstruo bajo la cama no tuvo que moverse de ahí porque todavía no se había marchado del castillo :-D (Drácula le permitirá quedarse un tiempo más, pues al parecer le ha tomado cariño.)
Por supuesto, los fantasmas japoneses fotografiaron a todo el mundo hasta que les quitamos las cámaras. De verdad, llega un momento en que tantos flashazos son malos para la vista.
¡Pero fue una fiesta muy alegre, y sin accidentes ni incidentes! Bueno, de acuerdo, quizás hubo alguien que perdió una pierna a causa de los cocodrilos (Frankie; ya le pusimos otra) y más de uno resbaló en la baba o se enredó con las telarañas (las decorativas y las de Aracne), pero nada de eso cuenta mucho después de los problemas de vida o muerte que los participantes tuvieron que enfrentar durante el concurso, como las ranas mutantes carnívoras o el monstruo momificado.
Al final de la fiesta, Drácula se subió a una torre para que le tomaran fotos como vencedor:
La verdad es que el conde resultó ser un muy buen ganador: prometió que como dueño del castillo siempre recibirá a sus antiguos competidores, y además regaló ejemplares de las novelas Drácula (la original de Bram Stoker) y El año de Drácula (una de Kim Newman que mezcla personajes de diversas obras literarias además de Drácula).
Terminamos la fiesta devorando lo que quedaba del festín :-P Drácula no se indigestó de nuevo... pero sí todos los demás :-D Menos sir Gandolfo, claro, porque sólo es una armadura (los fantasmas japoneses no comen).
¡Y así acaba el Gran Hermano con monstruos!
G. E.
PD: Por cierto, la aplastante victoria de Drácula vino a demostrar que los vampiros no sólo siguen vigentes, sino que además todavía hay aficionados a los vampiros DE VERDAD, no a los que resplandecen al sol como bolas de espejitos y en lugar de chupar sangre se lo pasan suspirando por adolescentes quejosas.
PPD: Lo sé, los murciélagos vuelan de noche, pero el de la foto con Drácula está durmiendo porque bebió demasiado limoncello. Esperemos que no despierte con resaca, pobrecito. Les juro que es bueno y cariñoso a pesar de que chupa sangre.
¡Una gran fiesta Gisel! Tomo nota para la que tenemos pendiente.... ¡Feliz fin desemana!
ResponderBorrar¡Hola, Pat! Gracias por la visita y el comentario. ¡Y sí, tenemos que hacer una fiestota bloguera en algún momento! Feliz finde pa' ti también :-D
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