Al principio no cazaba nada, la verdad. Como puse en esta entrada, más bien clavaba sus dientotes en mí cuando se cansaba de que lo acariciara. No sabía jugar. En serio. Le hice varios juguetes, pero durante las primeras semanas me veía obligada a acosarlo a fin de que moviera el culo, y a los pocos minutos él gruñía como diciendo "ya me moví suficiente, déjame en paz".
Todo cambió después de la castración. Fue como si, al quitarle las hormonas reproductivas, de pronto se le hubiera activado en la cabeza un botoncito rojo con la etiqueta JUGAR/MATAR.
Ahora es Osito quien me persigue de habitación en habitación para que juegue con él... y en sus ratos libres, ya sea en el jardín o el fondo de mi casa, se tira sobre cualquier ser viviente que capte su atención.
Y así es como la cosa se puso un tantito macabra. Y asquerosa.
Creo que, con tanto juego, entrené accidentalmente a mi Osito para cazar criaturas de todo tipo, incluyendo las que suelen ser demasiado rápidas para los gatos domésticos. En serio, ¿cómo es que un tremendo gatote como el mío se las arregla para pillar colibríes y libélulas? Ahora tengo que cuidar de que no salga a determinadas horas. Puedo soportar que cace libélulas (y se las coma, pues al parecer le resultan muy sabrosas), ¡pero los colibríes me dan lástima!
También ha traído gorriones y un picabuey, y vaya que no es agradable cuando tu gato aparece de pronto en la casa con la boca llena de pájaro (pude rescatar a algunas de sus víctimas emplumadas, afortunadamente; en todos los casos requirió una persecución alocada al estilo Benny Hill).
Más presas de mi gato: mariposas, langostas, culebras ciegas (es una especie de reptil sin patas que vive bajo tierra y parece una lombriz grande) y muchas, muchas cucarachas. Si tuviera un granero, mi gato estaría feliz de la vida matando roedores toooodo el día, seguro :-D
En cuanto a las cucarachas, es el único bicho que no me molesta que atrape el minino, aunque Osito tenga la mala costumbre de dejarlas medio muertas sobre mi alfombra o devorarlas frente a mí cuando estoy cenando (¡puaj!). Lo bueno es que no tengo que hacer absolutamente nada cuando veo una de esas pequeñas monstruosidades por ahí, y si alguna sale del desagüe mientras me estoy duchando (¿recuerdan mi entrada sobre el bicho en la bañera?), me basta con pillarla por las antenas y arrojarla fuera de la bañera mientras llamo al gatete para que se ocupe de ella :-D
Mi Osito es prácticamente un torturador profesional de cucarachas. Las acosa y manotea por un buen rato hasta que no se mueven lo suficiente para su gusto, y entonces las abandona, agonizantes, por cualquier sitio (o sea, cuando no se las come frente a mí a la hora de mi cena).
Cuando mi gato ha perdido el interés por alguna cucaracha agonizante, en realidad sí suelo terminar con su sufrimiento... arrojándola al inodoro. Acto seguido le orino encima.
Es que mi gato no es el único con una veta sádica >:-D
G. E.
PD: Más vale que aprecien el dibujo de la cucaracha, ya que me dio mucho asquito hacerlo. En serio, PUAJ.
Aprecio tus dibujos, representan bien lo escrito.
ResponderBorrarPor alguna razón, sospecho que tu gato se está vengando, poniendo saña en las depredaciones, para molestarte. Sospecho que nota que te parece desagradable.
Por alguna razón, lo que contaste me hizo acorada a este personaje:
http://fichapersonajedc.blogspot.com/2011/05/dex-starr.html
Besos.
¿Vengándose? Naaaaah. Es parte de su naturaleza gatuna. Y la verdad es que me viene bien para lo de las cucarachas; simplemente me molesta que cace pájaros o bichos beneficiosos :-) El gato Linterna Roja lo conocía, está genial :-D ¡Abrazos!
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