Pero esto trae un problema: el cerebro no es una máquina ni una computadora, y por lo tanto es sensible a los niveles de sus neurotransmisores, los cuales, a su vez, son sensibles a muchos factores internos y externos.
En fin, desde hace años que mi estado emocional suele andar bastante equilibrado (bueno, salvo cuando alguien me saca de quicio con alguna estupidez monumental, pero eso es casi inevitable hoy en día). Pensé que era por haber superado los problemas de mi juventud (sobre todo el bullying, del cual hablé aquí), pero resulta que en realidad he adoptado una serie de hábitos que, según los científicos, tienen un efecto beneficioso sobre la salud mental. Ojo: no estoy hablando de que curen trastornos mentales como la ansiedad o la depresión, los cuales demandan la atención de un especialista, sino que ayudan a las personas comunes y corrientes a evitar o a superar estados mentales negativos. En algunos casos, sin embargo, también permiten reducir las dosis de medicamentos contra la depresión clínica o la ansiedad.
En fin, les paso la lista por si les sirve de algo.
Cuando uno anda "de bajón", el primer impulso suele ser refugiarse en la comida chatarra, pero esto es MUY MALA IDEA. Sí, la comida chatarra puede proporcionar un alivio momentáneo, pero resulta que la misma trastorna a los microbios beneficiosos de las tripas, los cuales, a su vez, ayudan a regular los estados emocionales a través del eje nervioso entre el intestino y el cerebro. Comer saludablemente todos los días, y me refiero específicamente a un aporte bastante grande y diario de fibra vegetal (en forma de legumbres, verduras y frutas enteras), permite mantener en buena forma a estas poblaciones de microbios. Un estudio japonés vinculó la ingesta de fibra vegetal a un menor riesgo de sufrir depresión (falta establecer el mecanismo de acción, pero la teoría de los investigadores es lo que puse arriba).
Por no hablar de que, después de un atracón de comida chatarra, viene el "efecto rebote" de la culpa por haber ingerido comida chatarra, lo cual puede desembocar en el consumo de más comida chatarra :-P En mi caso, encima, me produce acné, y nada tan funesto para el ánimo como que la cara y el cuerpo se llenen de molestos granitos.
No hablo de beber una copa de vino de vez en cuando o fumar un porro de vez en cuando (aunque en realidad tampoco recomiendo lo segundo). Me refiero a evitar el consumo regular de drogas (recreativas o fármacos psicotrópicos sin supervisión médica) o refugiarse en ellas ante los problemas. Esto va a sonar como ese eslogan repetido hasta la saciedad en los colegios, pero las drogas no sólo no solucionan los problemas sino que pueden fastidiar la capacidad de nuestro cerebro para resolverlos... lo cual llevará a que uno se deprima todavía más a causa de dichos problemas. Círculo vicioso y todo eso.
En cambio, los efectos beneficiosos del chocolate sobre el cerebro están bien comprobados. Pero que sea chocolate amargo, ¿eh? (70% de cacao), porque el chocolate con mucha azúcar entra en la categoría de comida chatarra.
El ejercicio no sólo ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares, sino que también tiene un impacto directo sobre el cerebro, empezando por la oxigenación. También provoca la liberación de sustancias como las endorfinas, que causan una sensación de bienestar. Varios estudios han comprobado los efectos beneficiosos del ejercicio sobre el estrés, la ansiedad y la depresión.
En mi caso, he comprobado que dar una buena caminata me pone de mejor humor, me distrae de las preocupaciones, despeja mi mente y me ayuda a veces a encontrar la solución a problemas diversos.
Esto es un reto para quienes sufrimos insomnio crónico, pero una buena noche de sueño hace maravillas con la cabeza y el estado de ánimo. En serio, no piensen que dormir es opcional. Es una necesidad fisiológica, y no satisfacerla trae consecuencias graves sobre la química cerebral. Claro que también es un reto tratar de dormir cuando uno tiene la mente llena de problemas, de ahí que haga falta aprender a "desconectarse" de ellos unas horas antes de irse a la cama. Prueben con un buen libro o música relajante. Hagan mucha actividad física durante el día y expónganse a la luz solar para regular los ciclos de sueño y vigilia. Y si es necesario, consulten a un médico. (Yo he tenido que hacer todo eso y más. No me gusta tomar medicamentos, pero durante las malas rachas del insomnio he recurrido a la melatonina para no terminar hecha un desastre.)
Sí, bueno, a veces también sirve como catarsis escuchar un montón de canciones tristes, pero esto puede ser contraproducente en algunos casos, por lo que hay que tener cuidado con esa clase de música.
La música alegre no tiene contraindicaciones, al parecer :-D Varios estudios apuntan a que escuchar música hace a las personas más felices, probablemente por la liberación de dopamina, la cual mejora el ánimo.
¡Y se puede combinar la música alegre con el baile o el ejercicio para potenciar el efecto de ambas actividades!
Los estudios también han relacionado el canto, sobre todo en coro, a un aumento de la felicidad en las personas. Si no pueden unirse a un coro, supongo que también se vale cantar en casa con la música que uno ponga. Es lo que hago yo cuando me toca limpiar (lo cual también hace mucho menos fastidiosa la tarea de retirar el polvillo de los muebles).
No creo mucho en la filosofía del pensamiento positivo. Cuando tienes un problema gordo, tienes un problema gordo, y la dichosa filosofía del pensamiento positivo puede hacerte sentir aún peor. Un cáncer no desaparece con pensamientos positivos, y la persona tiene todo el derecho de sentirse mal al respecto sin que la acusen encima de "ser negativa" (o que le digan que toda esa negatividad va a empeorar su enfermedad). Hay situaciones que demandan pasar por la ira y el dolor a fin de procesarlas correctamente.
Peeeeeero... digamos que creo en algo intermedio.
En primer lugar, un problema gordo puede hacernos olvidar que no todo está mal, o sea que uno puede dejar el problema de lado por un rato y buscar alivio pensando en las cosas que sí están bien.
En segundo lugar, no tiene mucho sentido pensar en las cosas malas que no se pueden cambiar, de ahí que a mí me funcione lo de "dosificar" tales temas. Mi regla es ésta: me rehúso a hablar de cosas negativas a primera hora de la mañana y algunas horas antes de irme a dormir. Hablar de temas negativos puede funcionar a veces como catarsis, pero si uno insiste mucho en ello, el cerebro "fija" esas ideas. Pensar todo el tiempo en cosas malas genera frustración y estrés, por no hablar de la liberación de corticoides, y nada de esto es bueno para el ánimo.
Antes de pensar por mucho tiempo en una situación negativa, conviene seguir este procedimiento:
1) Preguntarse si el problema tiene solución.
2) Si el problema tiene solución, recomendaría enfocarse en encontrar dicha solución. Si no se ve una solución inmediata, es mejor largar el asunto e irse a dormir. Una buena noche de sueño puede lograr que las cosas se vean más claras (o no tan funestas) por la mañana.
3) Si el problema no tiene solución, limitar el tiempo para pensar en él y pasar a algo más constructivo. Uno no puede arreglar la guerra en Siria, pero sí puede ayudar a alguien en el vecindario propio. Uno no puede arreglar el desempleo en el país propio, pero sí aprovechar el tiempo libre para adquirir alguna habilidad que sirva para conseguir otro empleo.
Esto me lleva a la siguiente estrategia:
A veces uno se preocupa por cosas que no son tan graves o incluso por cosas que ni siquiera están pasando. Poner los problemas en perspectiva evita angustias y dramas innecesarios. También es útil saber algo de estadística. Aquí va el típico ejemplo de que no hay que tener miedo de subirse a un avión porque estadísticamente es mucho más probable que uno sufra un accidente de tránsito :-D
A veces el peor resultado de una situación no es una tragedia, sino un simple inconveniente moderado solucionable. No vale la pena estresarse por situaciones así. Mejor dejar la angustia para los problemas bien gordos... o no. La angustia puede llegar a convertirse en un estorbo. Mejor anticipar un resultado espantoso y planificar una solución para el problema, o enfocarnos en la aceptación y poner nuestros asuntos en orden.
No sentirse útil es funesto para el ánimo. Cualquier cosa sirve, incluso limpiar la casa. Lo sé, limpiar es una actividad tediosa, pero en días malos me ha ayudado bastante (combinándola con música alegre y un poco de baile). Como mínimo, al final del día estoy en una casa limpia, lo cual produce satisfacción.
Por algo se están usando en hospitales y hogares de ancianos. Los beneficios de interactuar con gatos y perros están más que comprobados. Ya no tengo a mi gato (en algún momento conseguiré otro), pero cuando salgo a caminar, en mi ruta hay varias mascotas ajenas a las que me gusta saludar :-D
Para algo están las comedias en la TV, o los vídeos de gatitos, o cualquier otra cosa que se les ocurra. La risa es estupenda para la salud mental, y hasta se está estudiando como coadyuvante en la terapia contra la depresión.
Yo me río con los nerds de La teoría del Big Bang :-)
Las buenas noticias no son noticias para los noticiarios ni los periódicos, al parecer. Deberían estar obligados a largarlas en un porcentaje determinado :-D En fin, eso no significa que no pasen cosas buenas en el mundo, así que busquen portales de noticias o revistas que sí las difundan. Es muy bueno para el ánimo saber que alguien está investigando para curar la leucemia o para evitar que se extingan esos adorables orangutanes :-)
Leer ficción tiene unos cuantos efectos positivos sobre la salud de la mente y el cuerpo: previene el deterioro cognitivo, disminuye la tensión arterial, nos ayuda a procesar situaciones de la vida real y nos permite evadirnos por un rato de los problemas.
Bueno, llorar a cada rato suele ser un síntoma de depresión clínica, pero para las personas más o menos sanas, puede servir de alivio en situaciones particulares, como la muerte de un familiar, una ruptura amorosa o una semana especialmente horrible. No hay razón para quedarse con todos esos nudos en el pecho si uno puede sacarlos afuera con un buen llanto. Los pañuelos son baratos.
Lo sé, no es fácil conseguir buenos amigos, pero a veces uno los tiene y no se atreve a pedirles consuelo con tal de no molestar. Sin embargo, los amigos de verdad no tendrán problema alguno en emplear cinco minutos de su tiempo en ayudarlo a uno. En serio, en caso de tener buenos amigos, vayan y díganles "me siento mal, necesito que me apapachen". Créanme, funciona de maravilla :-)
Si tienen algo más que añadir a mi lista, siéntanse libres de mencionarlo en los comentarios.
G. E.
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