La décima semana del Gran Hermano con monstruos fue bastante tranquila: no hubo monstruos invasores, trampas mortales ni catástrofes de nin...
DÉCIMA SEMANA DEL GHM
Antes de eso, sin embargo, tuvimos que equiparar un poco las cosas, ya que Bernarda, por ser una científica mutante caracol, estaba en desventaja debido a su lentitud. La solución fue simple: de las mazmorras del castillo obtuvimos unas cadenas con bolas, las cuales atamos a las patas de Rodolfo y la cola de Medusa. Listo. Ya estaban todos igualados en cuanto a la velocidad.
A través de las cámaras seguimos la búsqueda por parte de cada participante.
Como era de esperarse, Rodolfo contaba con una habilidad adicional: su olfato de hombre lobo, por lo que fue el primero en encontrar un duende. Claro que antes tuvo que sortear algunos obstáculos: los fantasmas japoneses se dedicaron a distraerlo con sus cámaras fotográficas, sir Gandolfo lo seguía de cerca por si llegaba a decir la frase maldita, y algunas telarañas de Aracne que aún quedaban por ahí le dificultaron el tránsito por los pasillos. (Antes de que lo pregunten, es de mala suerte limpiar las telarañas en los castillos embrujados. Nos ahorra mucho dinero en empleadas domésticas, de paso.)
Después de lo anterior, la competencia prosiguió con Medusa y Bernarda. Debo decir que las dos se acercaron mucho a atrapar a la chica duende que aún seguía escondida, pero entonces ella se metió bajo una cama y encontró al monstruo, lo cual le provocó un susto tan grande que salió corriendo. Medusa y Bernarda la persiguieron hasta el foso del castillo. Ahí la pobre duende estuvo a punto de ser devorada por los cocodrilos, pero Medusa la rescató a tiempo mientras Bernarda cubría de baba a las feroces bestias. Medusa quiso repetir la búsqueda debido al inconveniente, pero Bernarda ya había aceptado la derrota y decidió ser ella quien se marchara del castillo; además, confesó que ya estaba extrañando a Bublob, su marido.
Nos despedimos de Bernarda, entonces, y Medusa posó para la foto con su chica duende trofeo:
(Creo que a la chica duende no le hizo mucha gracia todo el asunto. Al parecer sólo se ofreció para el juego porque su novio duende pensó que sería divertido, pero obviamente ninguno de los dos tomó en cuenta al monstruo bajo la cama ni a los cocodrilos hambrientos.)
Ahora sólo quedan cinco participantes en el GHM: Atatrix y Drácula, con cuatro votos cada uno, el monstruo de la cama, con dos votos cada uno, y Rodolfo y Medusa con un voto cada uno. Si ustedes no han votado aún, ¡están a tiempo de influir sobre el resultado del concurso!
G. E.
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SOBRE LA AUTORA: Gissel Escudero
Escritora, dibujante, madre de un gato, un dragón y un unicornio y fanática de las series, la música celta, las historias de horror y el chocolate. Se mudaría con gusto a un planeta donde sólo hubiera gente sensata, pero mientras tanto vive en Uruguay, lo cual es bueno porque en dicho país no ocurren huracanes, tornados ni terremotos. Ha publicado unos cuantos libros, los cuales a su vez han recibido buenas críticas (ejem, por si les apetece echarles un vistazo, ejem). ¡Hakuna matata!
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