[ADVERTENCIA: Este artículo contiene imágenes algo bastante sangrientas, así que no lo lean si son tan debiluchos que ver sangre les causa...

EL PERRITO CON DOLOR DE DIENTES

[ADVERTENCIA: Este artículo contiene imágenes algo bastante sangrientas, así que no lo lean si son tan debiluchos que ver sangre les causa algún tipo de malestar.]

Ésta es la historia de un pobre can que iba por ahí sintiéndose miserable.

* Me duele la boca, mi aliento apesta y
estoy sangrando como un cerdo degollado.

(Bueno, eso es lo que imagino que habría pensado el perro si los perros pensaran con palabras. Igual se le veía en la cara que el pobre animalito no estaba muy feliz con su condición.)

Así llegó el perrito a la clínica donde trabajo. Y cuando digo que el aliento le apestaba, es que le APESTABA. Como para tirarlo a uno de espaldas. O como para marchitar las flores del jardín, a lo Pepé Le Pew (pero sin el encantador acento francés). Imagínense una fosa séptica llena de aguas verdosas con pedazos flotantes de... en fin, creo que ya se entendió la idea.

Al abrirle la boca, encontramos... esto:


Uf. Un asquito, ¿verdad? Nada de sonrisas Colgate por aquí. La flechita amarilla apunta a un agujero (fístula) por donde el perro sangraba en forma esporádica.

Había que arreglar eso de inmediato. Es decir, ¡un perro mascota no puede ir chorreando sangre por todo el piso! La sangre es resbalosa y podría ocasionar un accidente doméstico.

Empezamos a romper las gruesas capas de sarro con un cincel y un martillo. Bueno, no, más bien usamos una pieza de instrumental odontológico y luego un cavitador neumático, pero en verdad habríamos podido usar un cincel y un martillo. Como sea, me puse a tatarear la canción de Los Picapiedra. Me pareció que venía al caso :-D

Extrajimos el incisivo flojo que estaba bajo la fístula y el pobre perro siguió sangrando a chorros. No a chorros de sangre arterial, que sale a presión salpicando hacia cualquier parte (casi siempre la cara de alguien), sino como un flujo de sangre venosa con pedazos de hueso podrido.

(Si estaban comiendo algo, apuesto a que ya se les fue el apetito, ¿verdad?)

A estas alturas, la boca del perro se veía así:


La flechita señala el agujero del diente que sacamos.

Después de eso hicimos un pequeño experimento:


¡Ja! Problema descubierto: era ese incisivo el que provocaba que nuestro paciente sangrara por el agujero. Menos mal que no era el colmillo. Si hubiera sido el colmillo, la cosa se habría vuelto todavía más espeluznante, con el zumbido de un torno cortando hueso: zzznnnzzznnnzzznnn... (ya saben, ese sonido que hace temblar incluso a los hombres más machotes). Sucede que los colmillos tienen unas raíces más grandes que lo que se ve del diente, y están tan agarrados al hueso como un avaro a su dinero. De todas maneras, el incisivo extraído tenía igualmente una raíz bastante respetable:


Al terminar (y después de taponar la hemorragia, dado que el bicho ya se nos estaba poniendo anémico), la boca quedó así:


El lado derecho estaba un poco menos asqueroso y no hubo que sacar dientes. Menos mal. Tuvimos un caso en el que el pobre perro se fue de la clínica con un total de... seis dientes. Traten de masticar con seis dientes ¡que ni siquiera hacen contacto entre sí! Seguro que no es fácil.

En fin, el perrito volvió a su casa y a los pocos días los dueños llamaron para avisar de que estaba saltando feliz y contento. ¡Yupiiii! ¡Y justo a tiempo para la Oktoberfest!

* ¡Hey hey!

Adoro mi trabajo :-)

G. E.

Artículo relacionado: EL PERRITO TIBURÓN.

10 comentarios:

  1. Pobre perrito, me imagino como se sentiria, porque aunque no lo creas hace no mucho tiempo yo estaba mas o menos asi.
    Saludos: Bárbara.

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  2. Espero que ya estés mejor entonces, Bárbara. Un abrazo.

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  3. Gracias, aunque ya hace bastante que me recuperé. Mi papá me manda a preguntarte si en ese concurso de cuentos de terror pueden participar personas adultas.
    Saludos:Bárbara (y su papá).

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  4. Respondiendo la pregunta, en el concurso pueden participar adultos, pero deben vivir en España (porque no se enviarán los premios fuera del país).

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  5. Oh, que chimbo, a mi papá le hubiera gustado participar, pero no queda otra. Mi papá me manda a preguntarte estas dos cosas:1)"¿Vives en España?" 2)"¿Cuál es el premio?"
    Me pareció mucha curiosidad de parte de mi papá.
    Saludos(por quinta vez el día):Bárbara y su papá.

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  6. No, no vivo en España, pero como soy jurado no tiene importancia. El premio son libros y DVDs, todo relacionado al horror. Es que a nosotros nos gusta asustarnos a propósito :-D

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  7. Pues vaya dueños,¿no? :P
    En cualquier caso,¡buen trabajo! ;)

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    1. En realidad los dueños eran buena gente, pero habían sido mal asesorados. Fueron con otros veterinarios que no supieron arreglar el problema. Por suerte llegaron con nosotros :-) ¡Gracias por el comentario!

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  8. Oish, pobre perro! No, las mias no están tan mal. Simplemente tienen un aliento horrible y algo de sarro, ¡por eso la pasta de dientes!

    Un abrazo!

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    1. Bueno, éste es uno de los peores casos que he visto, pero es el extremo al que se puede llegar cuando el perro tiene predisposición a acumular sarro y no se le hace ningún tratamiento preventivo. De ahí que te haya felicitado por cepillar a tus perritas. ¡Sigue con eso! ¡Besos!

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