Algunas películas son tan, pero tan malas que ¡accidentalmente terminan siendo buenas! Eso fue lo que me pasó con la del título (véase la pa...

SIMBAD DE LOS SIETE MARES ¡EL PECHUGÓN!

Algunas películas son tan, pero tan malas que ¡accidentalmente terminan siendo buenas! Eso fue lo que me pasó con la del título (véase la parte tachada, no lo que agregué yo por traviesa). La pillé en el cable por casualidad, vi el año de producción (1989) y pensé "qué diablos, ha de ser tonta pero entretenida". ¡Y no me equivoqué!

Para empezar, miren nada más la portada del DVD:

¡Arrr, soy el gran navegante de los siete mares, miren cómo sostengo mi espada apuntando al suelo mientras exhibo mis increíbles pechugas y miro a no sé donde con cara héroe forzudo estilo Schwarzenneger pero más sobreactuado!

Bien por el fotógrafo que le pidió a Lou Ferrigno semejante pose disparatada :-D Aparte de lo anterior, tenemos al villano de la peli asomando por encima del prota con un turbante negro y ojos desorbitados de malo maloso. Esto ya anuncia de buenas a primeras que la película será súper cutre, ¡y desde luego que no decepciona!

El póster original es un poquito menos tonto pero sigue haciendo bastante gracia:

¡Hola, soy Simbad, un simpático héroe con músculos a reventar, un lindo peinado ochentero y una espada bien grandota!

[Ahora se viene mi destripe de la película. Pueden ir a mirarla primero o seguir leyendo y mirarla después; no creo que importe el orden.]

La película arranca en la época actual (= el año en que se filmó), con una madre leyéndole a su hija las aventuras de Simbad. O sea, a lo largo de toooda la película toca aguantar periódicamente la voz de dicha mamá, un recurso típico de tiempos pasados cuando los productores no tenían suficiente dinero para mostrar en lugar de contar. (Lo perdono en los cortos de la Pantera Rosa y las películas de George de la jungla porque el narrador es gracioso y los personajes se pelean con él.)

En fin, ya dentro de la historia de Simbad vemos que, en el palacio de la ciudad de Basra (muy bonito, por cierto; seguro que filmaron esa parte en un escenario real), el malvado visir Jaffar hipnotiza al califa y captura a la princesa Alina a fin de casarse con ella. Esperen, ¿qué? ¡Esto me suena de algo! ¡Ejem, Disney!, ¿no te bastó con plagiar la serie de Kimba, el león blanco? ¡Deshonor sobre ti y tu vaca ratón! Oh, bueno, menos mal que ahí se acaban las similitudes en la trama. El visir es súper caucásico (actor británico), malamente disimulado por un maquillaje que le da un color entre moreno y rojizo, como si hubiera comido chiles picantes. A la princesa (una actriz italiana) la dejaron blanquita como la leche, en cambio, porque ya se sabe que blanco = bueno y moreno = malo (para los estándares racistas de tantísimas películas viejas e incluso nuevas).

Llega entonces a Basra el navegante Simbad junto con su tripulación, la cual incluye al príncipe del que está enamorado la princesa (cuyo nombre es Alí, EJEM DE NUEVO, DISNEY). De ahí en adelante es difícil ignorar las tremendas pechugas de Lou Ferrigno cada vez que lo muestran a él de frente, ya que en verdad son ENORMES, más que las de Dwayne Johnson. Tal vez deberían haber tenido su propia película fantástica, no sé, algo como Furia de los pectorales o Los pectorales bárbaros.

¿En qué estaba? Ah, sí, Simbad y su tripulación desembarcan en Basra y van al palacio a fin de que el príncipe se reúna con la princesa. El príncipe tiene pinta de metrosexual y encima va vestido con lo que parece un disfraz de príncipe de cuento de hadas. Simbad, a su vez, lleva un chaleco y unas calzas púrpura brillantes muy, muy ajustadas (supongo que para permitirnos apreciar las fortachonas piernotas de Lou, lo cual no es malo, en realidad; digo, bienvenido sea todo lo que nos distraiga un poco de sus pechugas). La tripulación cuenta también con un guerrero asiático vestido igualmente de forma súper colorida, tal que el faldón de su atuendo parece la bandera del orgullo LGBT+ (dicho guerrero pronuncia todo con L en lugar de R, sabe artes marciales, cita a Confucio y tiene un peinado con forma de cuerno, POR SUPUESTO). El tripulante vikingo es un tipazo grandote semidesnudo, con cabellera (¿o peluca?) rubia y un mazo que a todas luces es de utilería. Y bueno, es que no tenían presupuesto para armas reales tampoco (ni camisas).

Simbad nota que algo anda mal. Viéndose amenazado, Jaffar activa una trampilla igualita a la del señor Burns y ¡plof!, nuestro héroe va a caer a un foso lleno de serpientes. ¡No hay problema! Simbad convence a las serpientes de que no lo ataquen (whaaaa??), las ata para formar una cuerda (¡eh, eso es maltrato animal!) y escapa así del foso :-D Mientras tanto, la tripulación también ha ido a parar a las mazmorras para su tortura. Al compañero calvo de Simbad lo ponen sobre un tanque lleno de pirañas. "Las pirañas prefieren a los calvos porque no les gusta que se les atore pelo en los dientes", dice el torturador, y de nada sirve que su víctima le responda: "¡Pero yo tengo barba!" (un tercio de los diálogos en la peli son así de tontunos, casi a lo Mel Brooks).

Creyéndose a salvo, Jaffar arrastra a la princesa Alina a su laboratorio (¡el Jafar de Aladdín también tiene un laboratorio, Disney!, ¡deshonor ahora sobre tu pato!) y la aprisiona en un aparato acrílico con tubos llenos de fluido. ¿Qué qué qué? Supuestamente el aparato es para debilitar la voluntad de la princesa. Aparte de eso, Jaffar teletransporta a lugares remotos cuatro de las cinco gemas mágicas sagradas del reino (las cuales se parecen bastante a esas bolas de goma transparentes con protuberancias que se venden como juguetes para mascotas... o tal vez al coronavirus). Ahora Simbad y su tripulación deben recuperar los cuatro MacGuffins las cuatro gemas a fin de vencer a Jaffar y devolver el bienestar al reino. Bieeen, ya tenemos algo así como un conflicto en la trama (no todo iba a ser enfocar las pechugas de Lou).

Como era de esperarse, Jaffar tiene en su laboratorio una especie de pantalla mágica para observar a Aladdín Simbad y su tripulación, de modo que envía seres demoníacos a atacar el barco. Los demonios son bastante cutres y la pelea que sigue a continuación es bastante cutre también, pero divierte de todas maneras, ya que termina con Simbad arrancándole el corazón al demonio. Un corazón ¡CON CARA! (algo que podría haber salido de la peli Evil Dead 2, por ejemplo).

Bien, después de la pelea en el barco, Simbad y su tripulación van a una isla a consultar al Oráculo a fin de averiguar dónde están las cuatro gemas perdidas. Luego viajan a otra isla con forma de calavera (pos claro; siempre tiene que haber una isla con forma de calavera); una vez ahí, Simbad destruye en una cueva un monstruo rocoso de aspecto tan amenazador como un pisapapeles, obteniendo así la primera de las gemas.

Nota: las caras de Lou Ferrigno en las peleas no tienen precio, ya que cada vez pone la misma expresión súper exagerada de "¡grrrr, soy un héroe muy forzudo, miren cómo rompo todo con mis fabulosos bíceps!" (igualito que cuando hacía de Hulk pero menos verde).

Simbad y su tripulación se dirigen ahora a la isla de las amazonas, las cuales lucen tan maquilladas y enceradas como para entrar a un concurso de belleza (al parecer en dicha isla no hay enfermedades tropicales, parásitos, problemas de abastecimiento de comida ni algo tan simple como humedad ambiental; la verdad, hasta dan ganas de mudarse ahí). Encima, atacan a los marinos haciendo unas proezas gimnásticas al estilo Simone Biles. En pocos minutos atrapan a casi toda la tripulación de Simbad (al príncipe Alí lo duermen con un dardo en el culo, je je); el capitán, mientras tanto, se encuentra con la reina de las amazonas, una hermosa mujer negra (también maquillada y encerada) con tanto oro encima como para aparecer en el videoclip de algún rapero. La narradora larga algo así como "Simbad quedó cautivado por la gran belleza de la reina Farida", blablablá, por qué sigues hablando, narradora, no estás aportando nada a la historia (insertar expresión mía poniendo los ojos en blanco con cara de divertida paciencia).

Mientras tanto, en el palacio, resulta que el visir Jaffar tiene una cómplice: una rubia (corte de pelo ochentero, of course) con cuerpo de fisicoculturista y atuendo de dominatriz. La pobre no tiene mucho papel durante el resto de la película pero se burla constantemente de Jaffar, lo cual aporta su granito de arena a la tontería general de la trama. Quien tampoco tiene mucho papel es la princesa, atrapada el 90% la peli en el aparato del laboratorio. Asumo que a la actriz no le gustó mucho eso, ya que después protagonizó Fantaghirò, la cual va de otra princesa que se disfraza de hombre para salvar su reino (muy buena, la recomiendo).

Volviendo a la isla de las amazonas, Simbad está tan hipnotizado por la guapa reina cargada de oro que no escucha las súplicas de sus amigos capturados. No todo está perdido, sin embargo, ya que dos tripulantes (un médico calvo y un enano) se quedaron en la nave. Presintiendo que algo está mal, ellos bajan a la isla a ayudar y encuentran a Simbad todo baboso contemplando el baile sexy de la reina Farida. Le arrojan a su capitán una poción para librarlo del hechizo, y entonces Simbad le arrebata a Farida la segunda gema mágica, convirtiendo a la guapa mujer negra en una anciana caucásica con la cara pintada de marrón (¿En serio?, ¿no había en toda Italia una sola señora negra que pudieran contratar para la peli? ¡Pffff!) Los marinos regresan a su barco.

Como Jaffar aún puede ver todo con su pantalla mágica, lo que hace a continuación es convocar en forma grandilocuente unos poderosos "vientos de destrucción" para encallar la nave de Simbad en la Isla de la Muerte (uuuuh, ese nombre promete, ¿verdad?).

Ya en la mencionada isla, la presencia de los forasteros provoca que cientos de caballeros medievales muertos cobren vida y ataquen. Dan tanto miedo como el Hombre de Hojalata de El Mago de Oz. Simbad y sus tripulantes los rompen y aplastan como si fueran latas de aluminio en otra pelea bien cutre (lo único que no es cutre son los caballos de carne y hueso de los caballeros medievales, los cuales no llevan maquillaje macabro ni nada porque sin duda ese presupuesto lo gastaron en las amazonas).

Los ojos de Jaffar, quien a estas alturas está cómicamente enfadado (la mujerota fisicoculturista no deja de hacerle pullas), se encienden como los del X-Men Cyclops. El hechicero hace que la nave de Simbad se marche de la isla llevándose a la tripulación, de modo que su capitán queda solo y a merced del Rey Fantasma. Una vez más, ¡no hay problema!, ya que nada puede vencer las pechugas y bíceps de Lou :-) (ojalá tuviera algo así a mano para ayudarme con las reparaciones domésticas; me he cansado de empujar muebles de un lado a otro usando las piernas).

Simbad tiene ahora tres de las cuatro gemas perdidas (la tercera se la sacó al Rey Fantasma) pero está varado en la Isla de la Muerte. Aparece entonces una joven pelirroja (a estas alturas no sorprende que también esté súper maquillada) junto con su padre, un tipo excéntrico con un bigote a lo Salvador Dalí al que no se le entiende nada de lo que dice. El vestuario de ambos es hermosamente carnavalesco. La joven se llama Kira y su padre Nadir. Ella cuenta que los dos también están varados en la isla, y que la misma era bonita hasta que Jaffar les envió algo: la cuarta gema. Simbad y Kira van a un pueblo que parece estar lleno de leprosos, los cuales atacan. Simbad reparte golpes, Kira también (muy a lo princesa Fiona; la chica tiene carácter, me gusta), pero los espectros se llevan a la joven, de modo que Simbad tiene que ir a rescatarla. ¡Santas damiselas en peligro, Batman Lou!

Simbad corre a salvar a Fiona Kira, por supuesto, arrancando partes de los espectros como si fueran zombis de la serie The Walking Dead (puaj). Kira lo ve llegar y grita algo como "¡pégales, pégales!", lo cual hace que la dama me caiga todavía mejor :-D Simbad enfrenta entonces un nuevo monstruo, el cual es enorme, verde, baboso y un poco parecido al Grendel de la peli animada Beowulf. ¡Un monstruo que dispara rayos láser, encima! ¿Demasiado para los bíceps y pechugas de Lou? ¡Pues no!, ya que Simbad usa las tres gemas en su poder para convertir al monstruo, por medio de rayos láser también, en un charco pegajoso como de gremlin derretido.

A saber cómo, Simbad intuye que Jaffar lo está observando, así que mira a la cámara y le larga al hechicero algo así como "¡ja, estás perdiendo tu poder, Jaffar, te voy a ganar muy pronto!" (siempre poniendo cara de héroe forzudo con menos capacidad de actuación que cualquiera de mis zapatos).

Bueno, recuperadas al fin las cuatro gemas (la última estaba en el charco pegajoso, ugh, qué asco lo de levantarla sin guantes), Simbad, Fiona y Nadir suben al globo aerostático creado por este último. El globo necesita aire caliente, así que, no bromeo, SIMBAD LO INFLA A GOLPE DE SOPLIDOS (los pulmones de Lou han de ser tan musculosos como sus pechugas, si no cómo se explica). Con una música de fondo estilo paseo dominical (toda la banda sonora es igual de cutre que la película, por cierto, y no pega para nada con la historia), Simbad sopla que te sopla y finalmente el globo llega hasta el barco de nuestro héroe. ¡Bieeeen! :-) La tripulación entera hace una danza tonta y el vikingo baila con el guerrero asiático (lástima que no hicieran pareja, por eso de la falda con los colores del arco iris; habría sido un detalle muy adelantado a su época).

La nave los lleva a todos de nuevo al palacio, y Simbad, quien durante toda la búsqueda había llevado sus piernotas al aire, mágicamente vuelve a lucir sus calzas púrpura para la batalla final (pos claro, ya que no está bien entrar sin pantalones del tipo que sea a un palacio). Fiona Kira vuelve a repartir patadas, así que Simbad le larga un "estoy loco por ti" de lo más conmovedor. Ooooooooooou (corazoncitos corazoncitos).

Apenas Simbad llega al laboratorio de Jaffar, ¡éste lanza rayos al estilo Emperador Palpatine y lo encierra en una jaula eléctrica! ¡Qué horrooor! Nah, es broma, los bíceps de Lou pueden con eso también :-) Jaffar se pone entonces todo tétrico, "no te acerques, te estoy previniendo, voy a usar mi truco más devastador", y entonces...

Esperen, ¿adónde se fue la rubia ochentera fisicoculturista? Creí que le tocaría pelear con Simbad, pero de pronto ya no está por ninguna parte. ¿En serio la contrataron solamente para darle la lata a Jaffar? ¡Buuuu, qué desperdicio!

Eh... ¿dónde me había quedado? Ah, sí, el "truco más devastador" de Jaffar. El hechicero hace más gestos grandilocuentes, creando así ¡una copia de Simbad! ¡Más bíceps, pechugas y piernotas enfundadas en calzas púrpura, yuju!

Simbad pelea con Simbad (doble cantidad de expresiones sobreactuadas) y finalmente el Simbad real arroja su copia a un foso de lava que había en el laboratorio. Uh, ¡había un foso de lava además del aparato acrílico con tubos! Otro detalle loco de la película :-D A estas alturas ya me extraña que Jaffar no tuviera además un sirviente tipo Igor. O sea, si lo vamo' a hacer, vamo' a hacerlo bien, como decía Alberto Olmedo (un comediante argentino muy famoso en su momento).

Victorioso, Simbad devuelve las gemas a sus pedestales y libera de su prisión a la (francamente irrelevante) princesa, la cual se reúne a continuación con su (francamente irrelevante también) príncipe Alí. (Me habría encantado que el príncipe Alí y la rubia fisicoculturista se enamoraran uno del otro a primera vista y que después ella se retirara del laboratorio cargando al señorito en sus fuertes brazos; mucho más épico, ¿verdad?)

Amenazado por los héroes, Jaffar presenta su "renuncia" al califa... e inmediatamente después lo arrojan por la trampilla del señor Burns. ¡Adiós, Jaffarcito! Luego los héroes hacen una fiesta fiesta y asumo que Simbad se casó con la pelirroja buena onda. ¡Final feliz! (y la irrelevante narradora manda a dormir a su irrelevante hija, aunque me extraña que la nena no se durmiese antes debido al tono aburrido con el que su madre le leyó sus partes del guion de la peli).

En fin, es muy probable que vuelva a ver este despelote de película el día que la repitan. Es un clasicazo, en serio. Y ahora díganme, ¿los he animado a verla también? ¡No tengan miedo de confesarlo!

G. E.

PD: Esta peli no me gustó más que la animada, sin embargo, pero sí mucho más que la de Noé de Aronofsky.

Artículo relacionado: PELÍCULAS DISPARATADAS QUE ME ENCANTAN (1).

3 comentarios:

  1. Parece una película hecha mal a propósito. Me causó gracias tu reseña.
    LO más aceptable es lo de las amazonas maquilladas, se deben de ver bien.
    Besos.

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    1. Lou Ferrigno también hizo de Hercules. En una película casi tan absurda.

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    2. ¡Sí, da la impresión de que la hicieron así con toda la pega! :-D Las amazonas, guapísimas, sin duda. Ya lo comprobarás si algún día pillas la peli. ¡Y yo tendré que mirar la de Hércules! Si la pasan y me hace gracia, la reseñaré también. Me alegra que te haya gustado esta entrada :-) ¡Saludos!

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