PUESTO NÚMERO 1: LOS PADRES DE MAUI — Es que... a ver, estos padres engendraron al pobre Maui, decidieron que no les gustaba... ¿y lo arrojaron al mar? ESO ES INFANTICIDIO Y FILICIDIO, GENTE :-O Con razón el pobre Maui quedó traumado y pasó toda su vida tratando de ganarse el afecto de los humanos.
PUESTO NÚMERO 2: EL PAPÁ DE RUSSELL — Cierto que no lo vemos en ningún momento de la película Up, pero ahí está el punto: es un padre ausente. Russell se queja de que su padre ya no le presta atención, y hacia el final de la película el hombre no va a la ceremonia en la que el niño recibe su última medalla. ¡Y eso que a saber cuántos días estuvo Russell perdido por ahí con Carl! O sea, a este señor se le pierde el hijo por dejarlo andar por ahí sin supervisión, y una vez que lo recupera, ¡sigue sin darle bola! Aj. Sin duda que no merece la custodia del crío (probablemente tampoco se haya fijado en que su hijo está muy gordo para su edad).
PUESTO NÚMERO 3: LADY TREMAINE — Sí, esta señora es más conocida por ser la pésima madrastra de Cenicienta, pero veamos, ¿qué clase de madre es para sus propias hijas? En la película la vemos criándolas como dos niñatas egoístas, crueles, dilapidadoras e insufribles. En cierto momento trata de que mantengan la compostura en lugar de pelearse, pero luego pierde ella misma la calma, de modo que no predica con el ejemplo. Por si lo anterior fuera poco, más tarde las incita a agregir físicamente a su hermanastra. Considerando que ninguna de las dos es muy guapa que digamos, y que necesitan buenos maridos para no acabar en la ruina, ¿no sería más sensato que les enseñara a ser agradables y cariñosas a fin de atraer a los hombres?
La película tiene una secuela en la que Lady Tremaine demuestra aún más sus pésimas cualidades de madre, al no querer que Anastasia se case con un panadero (del cual la chica está enamorada) sólo porque él no es rico. O sea, Lady Tremaine está tan enfocada en ser una trepadora social que le importa un pimiento la felicidad de sus hijas. QUÉ VERGÜENZA, SEÑORA.
PUESTO NÚMERO 4: LOS PADRES DE HUGO, PACO Y LUIS — ¿Dónde están esos dos, por el amor del cielo? En un antiguo cortometraje animado muestran que la madre de los patitos los dejó temporalmente a cargo de su tío Donald, pero casi no ha vuelto a aparecer salvo en unas pocas historietas (menos mal que arreglaron eso en la nueva serie Patoaventuras, donde ella está ausente porque se perdió en un viaje espacial).
Considerando que Donald suele tener problemas de control de la ira y salta de un empleo a otro cada cinco minutos, tampoco era la mejor opción para cuidarlos, la verdad. Mejor mandárselos, no sé, ¿a Tribilín? Cierto que él es un poco torpe, pero lo hemos visto en dos películas y una serie siendo un gran padre para su hijo Max.
En fin, tal vez los padres de esos chicos estén muertos (salvo, como dije, en la nueva serie Patoaventuras), en cuyo caso los sacaría de la lista.
PUESTO NÚMERO 5: LOS PADRES DE ANNA Y ELSA — Es verdad que no lo hacen a propósito, pero... ¡qué manera de arruinarles la vida a sus pobres hijas! A Elsa le permiten encerrarse en su dormitorio, por el miedo que les tiene a sus propios poderes criogénicos, durante tooooooda su infancia y adolescencia, en lugar de llevarla a un sitio seguro donde pueda aprender a controlar dichos poderes. Mientras tanto, despiden a la mayoría del personal, obligando a Anna a pasar también tooooooda su infancia aburriéndose sola en el palacio. Incluso cuestiono la decisión de estos padres de viajar juntos al extranjero en un mismo barco, siendo los monarcas de un reino y sabiendo probablemente que los naufragios eran un riesgo en cada viaje. Vamos, que uno de los dos debería haberse quedado en casa a cuidar el reino y a las chicas, ¿no? Así pasó todo lo que pasó.
Fin de la lista de peores padres biológicos de Disney. No todo está perdido, sin embargo, ya que la compañía también tiene por ahí unos cuantos realmente estupendos. Aquí van mis favoritos:
LOS PADRES DE LA PECECITA DORY — Estos dos son... ¡una maravilla! No sólo educaron exitosamente a una hija con una discapacidad mental (fomentando siempre su autoestima, además) sino que, después de perderla, se esmeraron durante años en soledad para conducir a su nena de vuelta a casa. Ay, cuánto me hacen llorar. Los amo.
LA MADRE DE DUMBO — Esta elefanta amó a su hijo desde el primer momento, sin importarle su extraña apariencia, y más tarde fue encarcelada por protegerlo de burlas y agresiones físicas. Después de eso la vemos consolar a su hijito a través de los barrotes (otra escena súper lacrimógena).
LOS PADRES DE SIMBA — Mufasa le enseña a su hijo todo lo que necesita saber para ser un buen rey, arriesga el pellejo a fin de salvarle la vida, y encima vuelve por un momento del más allá para devolverlo al buen camino. En cuanto a su madre, Sarabi, ella guía a las leonas durante el reinado de Scar, y luego pelea contra las hienas a fin de derrocar al usurpador. Tremendos padres, esos dos.
BOB Y HELEN PARR — Son superhéroes, sí, pero al mismo tiempo cargan la enorme responsabilidad de criar tres hijos que también tienen superpoderes. Semejante tarea no les resulta nada fácil, ¡y vaya que el más pequeño les complica las cosas!, pero aun así se las arreglan muy bien y encima les queda tiempo para salvar el mundo. Denles una medalla o algo, por favor.
PERDITA Y PONGO — Excelentes padres perrunos. Arrancan de buenas a primeras con la friolera de ¡quince! hijos y luego se marchan de casa para recuperarlos después del secuestro. No conformes con eso, rescatan además a los otros ochenta y cuatro cachorros que iban a ser despellejados por la malvada Cruella de Vil. ¿Qué más se les podría pedir?
Espero que les haya gustado esta entrada. ¿Qué padres de Disney (u otras películas animadas) añadirían ustedes a estas dos listas?
G. E.
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