Para empezar, el culto tendrá como eje a la diosa Xocolátl, una deidad de color chocolate ataviada con la vestimenta tradicional de las mujeres mexicas.
suministro interminable de semillas de cacao!
(Sí, la diosa Xocolátl será una guapa mujer curvilínea, para reflejar así la generosidad del chocolate. Y sí, tiene que ser mujer, como una Pachamama chocolatosa, porque simplemente no concibo a un dios masculino del chocolate. Sorry, guys!)
Vestimenta oficial para las ceremonias del culto: algo similar, en tonos de marrón, con sombreros en forma de canasta a fin de cargar bombones en ellos.
La idea detrás del culto es que sirva para unir a la humanidad en torno a un simple propósito: proteger la naturaleza y mantener así las condiciones ambientales necesarias para el cultivo de cacao. ¡Y podríamos revertir la desertificación de ciertas regiones con tal de plantar más cacao! Díganme si no es una meta increíblemente loable :-)
Las fábricas de chocolate serán todas como las de Willy Wonka. No obstante, funcionarán con energías renovables, y tendrán trabajadores similares a los Umpa Lumpa pero con buenos sueldos y derechos sindicales (la diosa Xocolátl no estará a favor de la explotación laboral).
Así como el culto al Sol, el culto al chocolate no generará odios ni discriminará a las personas por su nacionalidad, origen étnico, orientación sexual ni identidad de género, dado que las plantas de cacao son indiferentes a esas cuestiones.
En cuanto a las festividades, éstas tendrán lugar desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, ¡porque todos los días son buenos para celebrar la existencia del chocolate! Una vez al año, sin embargo, podríamos tener una fecha especial para regalar réplicas de la diosa Xocolátl (hechas de chocolate y caramelo, por supuesto, con bomboncitos de licor dentro). Habrá bailes con canciones muy alegres (ritmos latinos y africanos), y las letras, claro, hablarán solamente del chocolate (cuánto lo amamos y todo eso).
Y ésta será la plegaria al chocolate:
Oh, bendito chocolate:
gracias por hacer felices a nuestras papilas gustativas
y proporcionarnos antioxidantes varios.
Que tus plantas de cacao sigan creciendo lozanas
y que produzcan semillas tan grandes como melones.
Que tus bombones nos consuelen en días tristes
y que tus huevos de Pascua alegren dicha festividad,
incluso para los no cristianos.
Prometo hacer ofrendas a tus plantas,
ya sea de agua limpia o fertilizante,
y prometo también ahuyentar sus plagas
(bichos, hongos o cualquier otra amenaza).
Sacaré fotos de todo lo que haga contigo
(tortas, brownies, fondue de fresas)
para subirlas a Instagram,
porque eres así de importante en mi vida.
No te pido que destruyas a mis enemigos
porque sé que sólo haces cosas buenas;
alégralos, por lo tanto,
para que dejen de fastidiar.
¡Gracias mil por adelantado!
Y no te ofendas si te combino con menta
porque así sabes todavía mejor.
¡Mil besos chocolatosos!
Creo que esto es suficiente por ahora. Siéntanse libres de añadir sugerencias para el culto en los comentarios :-)
G. E.
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