A lo largo de la historia, las profesiones artísticas han sido maltratadas en formas tan diversas que a estas alturas ya resulta difícil lle...

SOBRE ARTISTAS PISOTEADOS (UNA Y OTRA VEZ)

A lo largo de la historia, las profesiones artísticas han sido maltratadas en formas tan diversas que a estas alturas ya resulta difícil llevar la cuenta. Son numerosas las biografías de pintores, escritores y músicos, famosos y admirados hoy en día, que murieron de hambre. Literalmente.

Pero no voy a dedicar esta entrada a esas pobres personas. Total, ya están muertas, y lo que está muerto no puede morir y ya no podemos hacer nada para arreglar las injusticias que sufrieron (perdón por la frase tachada; cosas que pasan cuando uno se fanatiza con Juego de tronos).

Hoy voy a hablar sobre los artistas que están vivos y pasándolo mal AHORA MISMO, y a quienes USTEDES pueden ayudar (aunque ya había escrito una entrada sobre cómo apoyar a los escritores que a uno le gustan). Quiero que sepan cuán difícil les resulta salir adelante, y no por falta de habilidades o popularidad (esos factores también cuentan, obviamente, pero pueden superarse con trabajo), sino porque LOS SIGUEN TRATANDO COMO BASURA. Peor aún: LES SIGUEN CHUPANDO/ROBANDO DINERO HONESTAMENTE GANADO.

Y antes de que lo pregunten, sí, estoy enfadada. Podría asar salchichas exponiéndolas al humo que me ha estado saliendo por las orejas durante los últimos meses.

Días atrás, algunos de mis amigos en Facebook compartieron un artículo para recordar a la gente cuán bajo es el porcentaje que los escritores se llevan del precio de venta de un libro en papel publicado por editorial. En general es un 10%. Con suerte. Los lectores se enteran de esto y dicen cosas como: "Ay, ¿cómo es posible que sólo se lleven eso, considerando que escribieron la historia?" Pero ¿saben qué? Ese porcentaje es bastante razonable, aunque no lo crean. Ahora, ¿quieren saber lo que NO es razonable? Aquí van algunos ejemplos:

1) Que los escritores en general sigan siendo, para las editoriales, mano de obra subcontratada de segunda. O sea, los ÚLTIMOS en cobrar.
2) Que las editoriales hagan firmar contratos de cesión de derechos que duran años, y que no devuelvan los derechos aunque ya no estén haciendo ningún esfuerzo por promocionar/vender los libros contratados.
3) Que no haya transparencia en las cifras de ventas.
4) Que las editoriales directamente no paguen a los escritores.

De ahí que tantos escritores se hayan pasado a la autoedición electrónica. Ahorra muchos dolores de cabeza... ¡pero trae otros! ¿Quieren saber cuáles? Aquí van más ejemplos:

1) Las plataformas de venta de libros electrónicos autoeditados también pueden llegar a cobrar porcentajes muy altos de las regalías. Y me refiero al 50-70%. Esto pesa menos si el autor pone los libros a un precio más alto, ¡pero entonces los lectores no quieren comprarlos!
2) Las mencionadas plataformas no son precisamente veloces a la hora de resolver casos muy obvios de piratería, plagio o estafa. Por ejemplo, la venta de libros ajenos sin permiso (pasó en Google Play Books) o cuando alguien sube libros "inflados" a Amazon y luego contrata gente para pasar las páginas y cobrar por páginas "leídas" en Kindle Unlimited (el sistema de suscripciones). Esto último no sólo quita ganancias a los escritores (ya que el dinero destinado a los autores es una cantidad fija que se reparte), sino que también hace que los escritores honestos pierdan puestos en las listas de los más leídos (con la consecuente disminución en las ventas).
3) Y hablando de Kindle Unlimited, desde el principio el sistema de conteo de páginas leídas ha sido espantosamente inexacto. Ahora mismo hay una falla por la que es posible que el suscriptor tome un libro, lo lea hasta el final... ¡y al autor sólo se le pague por UNA PÁGINA! (= menos de medio céntimo de dólar, o sea, 0.005). Claro, los autores pueden salirse de este sistema... pero entonces verán cómo sus ingresos se van al piso rápidamente.
4) Como en general las plataformas de venta están ubicadas en países extranjeros, esos gobiernos se llevan su tajada en impuestos. En el caso de los Estados Unidos es un 30% de lo que queda después del recorte inicial. (Si los gringos me van a cobrar impuestos, supongo que eso me da el derecho de putear todo lo que quiera a su nuevo presidente. Claro que no es mucho consuelo, y Trump no me va a oír.)
5) Y como guinda del pastel, los administradores de webs piratas (a quienes había mencionado en este otro artículo) se apropian de los libros autoeditados a las pocas horas de su publicación y los distribuyen en forma gratuita, haciendo dinero con publicidad (o con malware). Los autores no ven ni un céntimo de eso. (El argumento de la "promoción" me lo paso por el trasero a estas alturas. Hoy en día los lectores pueden conocer a los nuevos autores por numerosas vías legales, no hacen falta los sistemas parasitarios.)

Resumiendo: los intermediarios actuales aún dejan mucho que desear, y los escritores siguen siendo como los verduleros (o sea, los que ganan menos en toda la cadena productiva). Por algo los guionistas gringos hicieron, hace casi diez años, aquella huelga tan famosa que paralizó varias series. Fueron inteligentes: se unieron en patota para hacerse valer, porque ellos también ganaban una miseria.

Los músicos tienen el recurso de los conciertos, pero durante décadas fueron pisoteados por las discográficas, y hoy en día son pisoteados por Spotify y YouTube. No me extraña que tantos artistas estén retirando sus canciones de determinados servicios de streaming: es un insulto que les paguen cantidades absurdamente bajas por canciones escuchadas MILLONES de veces.

Tengo amigos que son artistas gráficos. Muchos han sufrido plagio. Otros están cansados de que ofrezcan pagarles cantidades hasta diez veces menores de lo que deberían cobrar por una ilustración o portada. O de que les pidan trabajo gratuito a cambio de la dichosa "promoción".

Encima, los dichosos "partidos piratas" van por ahí proclamando la libertad de contenidos en Internet. Suena muy bonito, pero ninguno de ellos está realmente del lado de los creadores. Pelean por la libertad de los contenidos, pero no por la justa retribución de quienes los proveen. Según mi diccionario, demandar trabajo gratis se llama ESCLAVITUD o EXPLOTACIÓN. A ver, políticos de los partidos piratas, ¿qué tal si mejor ofrecen una plataforma de venta que cobre el porcentaje mínimo por el alojamiento y la venta de productos digitales? Ah, pero eso les costaría dinero a USTEDES, ¿verdad? Admítanlo: ¡quieren los contenidos gratis NO por el bien del arte y la cultura, sino por pura TACAÑERÍA! ¡Y es por gente como ustedes que se inventó esa cosa horrible del DRM contra la cual están peleando ahora!

Se ha propuesto que los artistas distribuyan los contenidos gratuitamente y a cambio cobren por publicidad en las páginas web. Por desgracia, eso paga todavía MENOS que todo lo anterior.

El peor argumento contra estas quejas es: "No chillen, nadie les pidió que se dedicaran al arte." ¿En serio? Pues yo AGRADEZCO que mis músicos/escritores/ilustradores favoritos hayan decidido ignorar las espantosas realidades del mercado y se hayan dedicado al arte de todas maneras. Y estoy dispuesta a pagarles y a promocionarlos para que lo sigan haciendo. Los artistas hacen del mundo un lugar mucho más agradable/soportable para vivir, ¡y la mayoría ganan menos que cualquier político incompetente! ¿Les parece razonable?

Los artistas actuales necesitan el equivalente de lo que necesitaban los artistas de siglos pasados: MECENAS. O sea, COMPRADORES. En serio, gente, las obras pictóricas/literarias/musicales NO aparecen por generación espontánea. Son horas, meses, incluso años de trabajo duro. Los creadores dependen de los consumidores para poder escapar de los abusos arriba mencionados. CADA COMPRA ES ÚTIL. Y si va acompañada por una reseña en un blog y/o un comentario en la página de venta, MEJOR.

En cuanto a mí, estoy viendo qué hacer desde la falla en el conteo de páginas de Kindle Unlimited (muchos autores están en la misma situación). Ahora mismo echo un vistazo mis gráficas de ventas y páginas leídas y termino así:


Si no fuera porque mis lectores me aprecian, me haría una especie de hipnosis para quitarme la vocación de escribir y ponerme una más lucrativa (de bancaria, por ejemplo). Mis planes, entonces, son los siguientes:

1) Escribir más libros para mis queridos lectores, porque me han dicho que los están esperando.
2) Publicar en más plataformas. Probablemente no sirva de mucho, pero Amazon amenaza con convertirse en un monopolio, y entonces es probable que las condiciones empeoren para todos los escritores autoeditados. O sea, que empeoren todavía más.
3) Crear ediciones premium (con extras) de cada uno de mis libros para vender directamente desde este blog. Tendré que seguir pagando un porcentaje por alojamiento y transacciones, pero será mucho menor, con un proceso de compra más sencillo para los lectores. En cuanto al precio, las ediciones premium costarán lo mismo que las ediciones regulares en cualquier otra plataforma.

Mientras tanto, MIL GRACIAS A TODOS LOS LECTORES QUE HAN COMPRADO UNO DE MIS LIBROS ALGUNA VEZ. Ustedes me permiten seguir trabajando. Y si han comprado libros/música/ilustraciones de otros artistas, les doy las gracias por parte de ellos también :-)

G. E.

PD: Como mis obras lleguen a volverse súper famosas y generen millones de dólares DESPUÉS de mi muerte... ¡juro que me convertiré en fantasma para vengarme por semejante ironía! (y traeré a Vincent van Gogh).

PPD: Actualizaré esta entrada cuando tenga a mano los resultados de mi experimento.

2 comentarios:

  1. Estabas realmente enojada.
    Era para estarlo.
    Por suerte tenemos un trabajo de apoyo.
    Yo he visto como con PATREON la gente que hace videos en youtube a comenzado a salir adelante con solo hacer videos. Claro que es trabajoso.

    Ánimo

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    Respuestas
    1. Gracias por los ánimos. El consejo no lo puedo seguir ¡porque entonces ya no me quedaría tiempo para escribir! Me bastaría con que dejaran de sabotearme la escritura.

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